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El vicepresidente Óscar Naranjo celebró hoy en Washington que nadie, ni en el Gobierno ni en el Congreso de EE.UU., le ha pedido durante su visita a este país regresar a la aspersión aérea de los cultivos de coca.
"Después de decenas de reuniones con el Congreso, con el alto Gobierno, con agencias, regresamos invictos, porque en ninguna conversación con esas autoridades, incluso con los congresistas, se nos ha hecho ninguna demanda de regresar a la aspersión aérea", explicó en una conferencia en el Wilson Center.
"Y eso no aparece en la agenda oficial norteamericana porque hemos explicado que, durante ocho años de empleo de la aspersión aérea, Colombia intervino 1.600.000 hectáreas de arbustos de coca, y con erradicación manual cerca de otras 400.000, es decir en 18 años erradicamos dos millones de hectáreas de arbustos de coca y solamente en el mejor momento de esa campaña logramos una reducción de 100.000 hectáreas", agregó.
A su juicio, "sin la máquina de guerra de las Farc, que consumía energías", pueden "mejorar" las capacidades del Gobierno para erradicar los cultivos ilícitos, con el programa nacional de sustitución pactado en La Habana. "Nos vamos invictos -reiteró-, nadie nos pidió regresar a la fumigación".
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Naranjo aseguró que en el Gobierno están seguros de "poder llegar a una solución definitiva sobre cultivos ilícitos y dar garantías de que una presencia legal del Estado lleve a esas personas de la economía ilegal a la lícita".
El programa nacional de sustitución de cultivos ilícitos da un "espacio de transición de dos años", explicó.
"Nunca en el pasado las familias se acercaban a decir que les saquemos de esta tragedia", apuntó.
El vicepresidente indicó que el Gobierno ha firmado acuerdos sobre cultivos de sustitución con 118.000 familias, que de ellas 30.000 han rubricado pactos individuales y que, de esas, 18.000 han empezado ya a percibir los subsidios para sustituir los cultivos ilícitos por los legales.
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"De enero a diciembre de este año se planteó haber sustituido 50.000 hectáreas, y ya tenemos 45.000", destacó, como uno de los anuncios que le ha hecho a las autoridades estadounidenses en esta visita.
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El vicepresidente, que celebró este viaje como el primero en el que habla de "construir la paz y no de cómo frenar la guerra", abogó también por ampliar la agenda con EE.UU. a temas que vayan más allá del narcotráfico y las drogas.
"Una agenda que no quede atada al tema del narcotráfico", subrayó, antes de desplazarse a la Casa Blanca a trasladar estos mensajes al vicepresidente de EE.UU., Mike Pence.
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