El pasado mes de junio se llevó a cabo una audiencia pública en la cual los miembros del antiguo secretariado de las Farc reconocieron ante el país su responsabilidad en casos de secuestro, que se presentaron durante el conflicto armado. Tras las audiencias, un grupo de policías y militares víctimas de secuestro por parte de la guerrilla enviaron un documento a la JEPen el que dejan claro que no sienten haya pasado un reconocimiento pleno por parte de los excomandantes de la guerrilla.
En primer lugar explican que para que haya un reconocimiento pleno, es importante que el antiguo secretariado acepte que cometió el delito de esclavitud con los secuestrados, sometiéndolos a trabajos forzados y “cosificándolos”.
Por la naturaleza de la práctica ejercida hacia los militares y policías víctimas del conflicto armado se debe reconocer que se presentó la esclavitud como uno de los delitos graves al derecho internacional humanitario, conexo con el derecho internacional de los derechos humanos. En aras de la verdad se debe responsabilizar a los comparecientes del macro caso 01, toda vez que dichas conductas fueron conexas e inseparables
Después empiezan las observaciones de cada uno de los exjefes guerrilleros y son pocos los que cumplieron con las expectativas de las víctimas. Por ejemplo, sobre Pablo Catatumbo manifiestan que “su reconocimiento individual fue parcial”.
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“Por cuanto no señaló que aunado a las violaciones al derecho internacional humanitario, también trasgredieron los derechos humanos, ni que con sus conductas constituyeron crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra, así como que aquellos delitos no son indultables ni amnistiables”.
Los reparos de los policías y militares también se dan porque, en algunos casos, consideran que no se demuestra voluntad para reparar a las víctimas, como es el caso de Pastor Alape.
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“No se advierte la voluntariedad de resarcir los daños causados y la forma de cómo realizarlo, además de no haber reconocido los delitos conexos de esclavitud y delitos sexuales”.
Sin embargo, los reparos más grandes se dan con lo dicho por Rodrigo Granda, conocido en la guerra como el canciller de las Farc, pues consideran que no hubo reconocimiento.
“No realizó intervención alguna aceptando cargos por coautoría mediata y, una vez revisado también el reconocimiento escrito, tenemos que no se ha satisfecho las necesidades de las víctimas en ninguno de los presupuestos fácticos, jurídicos y restaurativos”.
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Reparos a la JEP
Asimismo, también se mostraron inconformes con el manejo que le dieron a la audiencia por algunos momentos los magistrados encargados de la diligencia, los militares y policías consideran que no se garantizó efectivamente la participación de las víctimas ni virtual ni presencialmente, pues, aunque aseguran que había espacio en el auditorio, la jurisdicción se negó a permitir el acceso de más víctimas, incluso se muestran inconformes al asegurar que hay un trato diferencial para las víctimas.
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La censura que por parte del mismo despacho y en ocasiones del mismo tribunal hacia las víctimas menos mediáticas, cuyos casos solo se limitan al municipio de los hechos mas no a su propio nombre, demuestran que para el tribunal hay víctimas más importantes que otras, que hay hechos y delitos más trascendentales que otros. Esto ha desdibujado el fin último de la justicia restaurativa, las víctimas
Los uniformados se sintieron revictimizados
Explicaron que debe haber un reconocimiento más amplio del secretariado para responder a las preguntas que tienen las 21.396 víctimas de secuestro.
“Fue en cambio una revictimización por parte de algunos integrantes del secretariado lo que se percibió. La audiencia que se llevaba a cabo era con el fin de reconocer la coautoría mediata del secretariado sobre crímenes de lesa humanidad de privaciones graves de la libertad y crímenes de guerra de toma de rehenes, y por los asesinatos y desapariciones forzadas que resultaron de estos, sin embargo, aparentaba que estos comparecientes no tenían pleno conocimiento de lo que representa realmente la figura de coautor ni tampoco la figura de ser quienes daban la orden sin cometer los delitos de manera directa, una razón más por la cual se desdibuja el fin último de estas audiencias de reconocimiento”.
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Escuche aquí el podcast de Cómo como:
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