El presidente Gustavo Petro denunció que Estados Unidos ha seguido a su familia y vinculó esta situación con la reciente tensión por la compra de aviones de combate para la fuerza pública. Según el mandatario, el “tema de la rabia” de algunos funcionarios estadounidenses se originó porque Colombia decidió no adquirir F-16 de tercera mano ofrecidos por ese país, sino nuevos cazas Gripen de fabricación sueca.
Petro afirmó que la ley colombiana le permite realizar la negociación con Suecia y destacó que ni el país europeo ni la empresa fabricante Saab tienen vínculos con el narcotráfico ni con actividades terroristas. “La negociación con Suecia se hizo transparentemente”, subrayó el presidente, quien además pidió al reino de Suecia y a la firma Saab pronunciarse sobre lo que calificó como un “atentado a nuestra libertad y soberanía”.
Finalmente, el jefe de Estado insistió en que Colombia es un país soberano y no está obligado a comprar armamento de segunda o tercera mano. Comparó su situación con la del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, a quien, según Petro, también intentaron criminalizar por decisiones similares.