Algo huele mal en el escándalo del Comando de las FF.AA.: opinión de Ricardo Ospina
Por el caso hay 7 oficiales y 5 suboficiales en la mira de la Procuraduría. Además, la plata de gastos reservados quedó congelada por 30 días.
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Algo huele mal en el episodio de presunto desvío de millonarios recursos de los gastos reservados del Comando General de las Fuerzas Militares y el posterior presunto espionaje que se habría dado en contra de personalidades en Colombia y fuera del país.
Luego de la revelación de la revista Semana en su edición del domingo pasado, en donde se habla del despilfarro de miles de millones de pesos para viajes y otros asuntos con dinero de los gastos reservados de la Regional de Inteligencia Militar Estratégica Conjunta, que además se habrían usado para comprar equipos para hacer seguimientos ilegales a personajes críticos de algunos altos oficiales, la Procuraduría confirmó que investiga a siete oficiales y a cinco suboficiales por las presuntas irregularidades.
Este es un asunto de la mayor gravedad, porque entre las personas mencionadas como presuntos responsables de las actuaciones irregulares está el general Juan Pablo Rodríguez Barragán, excomandante de las Fuerzas Militares y hoy embajador de Colombia en Corea del Sur.
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A pesar de que Rodríguez, también investigado por ejecuciones extrajudiciales conocidas como "falsos positivos", negó en un escueto comunicado su responsabilidad en estos hechos, el Ministerio Público da cuenta de la gravedad de lo encontrado.
Fue tan serio lo que hallaron los investigadores que el procurador Fernando Carrillo le pidió al ministro de Defensa que suspenda por 30 días el uso de los gastos reservados relacionados con la Jefatura de Inteligencia y Contrainteligencia Conjunta del Comando General de las Fuerzas Militares, "para que en ese tiempo se adopten medidas de control adicionales, previas y suficientes, que garanticen el manejo de dichos recursos conforme al ordenamiento jurídico vigente".
El caso además quedó en el despacho del procurador general de la Nación, que le pidió al comandante de las Fuerzas Militares, general Alberto José Mejía que "designe un oficial del más alto nivel que asuma la responsabilidad de preservar todos los medios probatorios que requiera la investigación"
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Adicionalmente habrá un equipo especial para determinar si por medio de esos gastos reservados se facilitó la compra de equipos para interceptación y se hicieron seguimientos ilegales a personalidades.
Según Semana, el general Rodríguez habría pretendido atacar, usando elementos tecnológicos de interceptación digital, al director para las Américas de Human Rights Watch, el chileno José Miguel Vivanco, quien ha venido insistiendo en sus presuntas responsabilidades en crímenes de lesa humanidad.
En cualquier caso, le corresponde a la Fiscalía, a la Procuraduría, a la Contraloría y a las Fuerzas Militares saber hasta dónde llegó esta red y por qué nuestra historia es cíclica y de nuevo hablamos de espionaje desde las Fuerzas Armadas.