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El que no es agradecido es mala persona

Lamento que algunos no hayan querido despertar el poder de agradecer, lo cual seguramente les permitirá mirar el pasado con mayor serenidad, evidenciando los aprendizajes y las ganancias recibidas en lugar de centrarse en los dolores y las heridas.

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Alberto Linero
Foto: Blu Radio

Una fuente de sufrimiento para el ser humano es creer que merece todo, ya que esto lo lleva a vivir desde el reclamo y la queja constante. Es evidente que muchas de las cosas que logra y tiene son fruto de su esfuerzo y las merece, pero no puede negar que muchas otras son producto de la generosidad de otros seres humanos y, ante ello, lo único que puede hacer es agradecer. Lamentablemente, son muchas las personas que, por vivir en la creencia del absoluto merecimiento, terminan olvidando la gratuidad de gran parte de lo que reciben.

A veces, al enfocarse en las cosas se olvidan de las personas, es decir, al centrarse en el don, se olvida al donante y es importante tener la certeza de que la persona siempre es más importante que lo que se recibe.

Este domingo, 28 de abril, viví una hermosa experiencia en el encuentro que nos propusieron a los escritores con sus lectores en la Feria Internacional del Libro de Bogotá. Lo primero fue presentar ante un auditorio repleto el libro ‘El Man está vivo y está contigo’ y conversar con amigos que compartieron sus experiencias. Luego, al estar en la zona de firmas, recibí mucho cariño, palabras de agradecimiento por el trabajo, abrazos y regalos.

Son momentos en los que siento que todo ese aprecio me supera y a lo que hago y, entiendo que lo único que puedo hacer es agradecer, reconocer la bondad, el afecto y la disposición de los demás hacia mí.

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Lamento que algunos no hayan querido despertar el poder de agradecer, lo cual seguramente les permitirá mirar el pasado con mayor serenidad, evidenciando los aprendizajes y las ganancias recibidas en lugar de centrarse en los dolores y las heridas. Podrán entender que en su presente no solo cuentan con su compromiso y responsabilidad, sino también con lo que generosa y amablemente ofrecen los demás.

Y, por supuesto, mirarán al futuro no solo como el resultado de lo que son capaces de hacer, sino conscientes de que habrá generosidades que se harán presentes para cubrir sus necesidades. Y sí, lo único que puedo decirles a tantas personas es gracias.

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