La sanción social es necesaria y pertinente, sin acciones violentas
Así como le reclamamos a las autoridades y las instituciones que cumplan sus funciones y hagan que protejan nuestros derechos fundamentales.
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Ayer se hizo viral un video en el que unas personas reclamaban a una señora que se había “colado” en Transmilenio, es decir, no había pagado su pasaje. Y aunque no me gustó que el vídeo tiene unas acciones de violencia, creo que pone de manifiesto la necesidad de que, como miembros de la sociedad, cada ciudadano reclame por el cumplimiento de las normas y los deberes que todos tenemos.
Entre los reclamos que le hacían a la señora, uno decía que por acciones como esas, de no pagar el pasaje, a todos los usuarios que si pagamos, nos suben el valor del servicio, es decir, se le reclamaba cómo su acción perjudicaba a los demás. Este es el principio de la sanción social. Explicitar que esa acción individual, por sus connotaciones éticas y morales, termina perjudicando a la comunidad. Es el protagonismo de la ciudadanía que exige el cumplimiento de los códigos y normas que nos permiten convivir y realizar nuestros proyectos individuales y sociales.
Así como le reclamamos a las autoridades y las instituciones que cumplan sus funciones y hagan que protejan nuestros derechos fundamentales, también necesitamos cumplir con nuestros deberes y generar acciones y actitudes que le exijan a los demás ciudadanos que los cumplan.
La pertenencia a la sociedad nos genera derechos y deberes. Algunas veces despreciamos estos últimos y creemos que se puede convivir sanamente sin ellos. Cuando no cumplimos con nuestro deber, nos estamos perjudicando individualmente porque destruimos las condiciones que generan un contexto digno para cada uno, pero a la vez nos perjudicamos como sociedad porque malgastamos recursos de todo tipo que son necesarios para el desarrollo de la misma.
La sanción social es necesaria y pertinente. Sin acciones violentas, sin irrespetos, pero con la contundencia del reclamo de quienes entienden que su vida se ve perjudicada por esos incumplimientos o acciones destructivas. En todos los espacios de la vida deberíamos aplicar la sanción social para que los infractores entiendan que su comportamiento daña la vida de todos. Ser ciudadano es ser protagonista de la vida en la sociedad y eso exige ser responsables y comprometidos con sus normas.