Las preguntas aún sin respuesta en el escándalo Bermeo en la JEP: opinión de Ricardo Ospina
Este miércoles se define si el exfiscal de apoyo de la JEP, grabado cuando recibía un presunto soborno, va a la cárcel junto a otras cuatro personas.
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Hoy debería definirse si el exfiscal de apoyo de la JEP Carlos Julián Bermeo, el exsenador Luis Alberto Gil y otras tres personas capturadas por presuntamente formar parte de una red dedicada a la negociación de decisiones de la Jurisdicción Especial de Paz, van o no a prisión.
Durante la exposición del fiscal Gabriel Sandoval pidiendo que las cinco personas sorprendidas en flagrancia el pasado viernes en dos hoteles del norte de Bogotá, recibiendo 500 mil dólares en efectivo, ha quedado claro que se utilizó a una persona que se hizo pasar como narcotraficante mexicano para obtener videos y audios que incriminan a estas personas.
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Hasta ahora, no se conocen evidencias distintas a lo que dijeron Bermeo, Villamizar y otros presuntos integrantes de la red, en las reuniones que sostuvieron el viernes pasado, minutos antes de que se produjera su detención.
En estos audios, Villamizar por ejemplo discute frente al que según la Fiscalía es un agente encubierto, cómo se van a llevar los 460.000 dólares que les entregaron en una maleta negra, Bermeo hace alarde de haber sido el encargado de demorar la llegada de la famosa carta rogatoria con la que se pidieron en su momento pruebas adicionales en el caso de Jesús Santrich, dice tener contactos con un secretario y con un magistrado de la JEP y afirma que puede retrasar hasta tres meses el trámite para definir si se avala o no su extradición.]
Sobre esta posibilidad, anoche los 38 magistrados de la Justicia Especial de Paz en pleno, rechazaron las actuaciones criminales del exfiscal Carlos Bermeo, y además señalaron que “se descarta en términos absolutos que este haya podido tener incidencia, directa o indirecta, en el trámite de garantía de no extradición de Seuxis Pausivas Hernández Solarte”.
La gran controversia en este punto gira en torno a si la Fiscalía utilizó para develar esta red de corrupción un agente encubierto, como se afirma desde el búnker, o si se trató de un agente provocador, cuya actuación no está permitida en Colombia.
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De acuerdo con juristas reconocidos consultados, la figura del agente encubierto permite entre otras cosas infiltrarse en redes delincuenciales ya identificadas, pero no puede inducir a cometer delitos a las personas, porque en ese caso, pasaría a ser agente provocador, lo que terminaría invalidando todo el procedimiento.
Todavía faltan datos sobre este particular, aunque la Fiscalía ha dicho que quien entregó información sobre la existencia de esa red delincuencial fue el gobierno de Estados Unidos a través de sus agencias en Colombia.
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Quedan varias preguntas sin responder: ¿Bermeo era un “caballo de Troya” en la JEP?, ¿Bermeo alardeaba de un supuesto poder que no tenía en la JEP?, ¿por qué se precipita para el pasado viernes el encuentro con el agente encubierto que permite grabar las pruebas para capturar a los presuntos integrantes de la red?, ¿fue un agente encubierto o un agente provocador?
La JEP está en una situación bastante complicada, no solo por este escándalo judicial, sino porque políticamente las voces de quienes se opusieron al acuerdo de paz con las Farc en los términos en los que se logró, como la del expresidente Álvaro Uribe, de nuevo se lanzaron a la carga buscando derogar este sistema que busca verdad, justicia, reparación y no repetición en torno a 50 años de conflicto, sino que estamos a apenas cinco días de saber si el presidente Iván Duque objeta o no parcialmente la Ley estatutaria que es la columna vertebral de esta jurisdicción.
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