El sábado terminé la tercera temporada de “The boys”, una serie en la que, con ironía y cinismo, se burlan y cuestionan los relatos de hombres y mujeres con superpoderes que en el mundo mágico de las tiras cómicas se presentan como héroes y salvadores de la humanidad; en ella quedan claros los vacíos éticos que pueden ocasionar el tener a personas que superen por sus capacidades a los demás y no tengan limites en el uso de su poder.
Pero realmente lo que me generó más reflexión fue el maratón que hice. Más de siete horas seguidas viendo la serie. La gocé y me divertí, ya que me gusta la manera como se retrata la sociedad de las redes sociales, el imperio de la opinión y la forma en la que el poder termina haciendo perder el sentido común de los seres humanos. Pero quedé preocupado porque fue mucho tiempo frente a la pantalla y me preguntaba si eso tenía algún tipo de perjuicio para la salud.
Haciendo algunas lecturas me encontré con que más allá de que es una invitación a la vida sedentaria -que tantas dificultades puede traer a la salud-, también genera dificultades en el sueño como lo atestiguan varias investigaciones, genera aislamiento social, afecta la memoria al alterar el proceso por medio del cual fijamos recuerdos, pero. sobre todo, le ocasiona una sobrecarga a todos nuestros procesos de atención. Es como si comiéramos durante siete horas seguidas. Para combatir esto, Elenea Neira recomienda:
Hacer pausas, pararse del sillón, tomar aire y estirarse. También se pueden hacer otras actividades para mantenerse activo al mismo tiempo que se ve la serie. Poner límites a los episodios, cuando sea necesario. Es bueno poder diversificar, ver varias series ayuda a romper la tendencia al maratón. Suspenderlo por lo menos una hora antes de dormir, invitar a amigos y hablar sobre la serie; y quizá lo más importante: desconectarse de vez en cuando y conectar con el mundo real.
Creo que tengo que estar atento a esta nueva práctica de entretenimiento. Pero la serie me sigue dejando clara una frase aprendida a Lex Luthor: “Nadie con demasiado poder puede ser bueno”.
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