Se aprobó finalmente la reforma que obliga a hacer una segunda vuelta en las elecciones a la Alcaldía de Bogotá. Esa segunda vuelta solo se hará si el candidato ganador en la primera tanda no logra más del 40 % de los votos depositados en las urnas o si a pesar de que logra ese 40 % de los votos no logra más de 10 puntos porcentuales de diferencia con su inmediato seguidor.
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Eso significa, por ejemplo, que si esa reforma hubiese regido en los últimos 25 años, tanto en las elecciones que ganó Enrique Peñalosa, como en las que ganó Gustavo Petro, habría que ir a segunda vuelta porque ninguno de los dos logró el 40 % de los votos. También nos habríamos ido a segunda vuelta en el 2000, porque aunque Mockus tuvo más del 40 % de los votos no sacó una diferencia de más de 10 puntos con María Emma Mejía. Lo mismo ocurrió en 2004 con Lucho Garzón y Juan Lozano. En los únicos tres casos en los cuales no habríamos tenido segunda vuelta, habría sido con Mockus en 1994, Peñalosa en 1997 y Samuel Moreno en 2007.
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