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Los códigos de vestimenta son una forma de respetar a los demás

Los vestidos son medios de representación de ideas culturales, sociales y religiosas.

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Alberto Linero
Cortesía.

Soy alguien que no le pone mucho cuidado a la ropa que usa a diario. Realmente tengo dificultades serias para poder combinar los colores y además me gusta la ropa con tonos que comuniquen vida, como si con ella quisiera presentar la intensidad del Caribe en el que nací. Pero, tal vez por mi formación he estado muy atento a cumplir las condiciones de vestimenta que los lugares y las dinámicas humanas exigen para ciertos espacios. De hecho en la liturgia fui siempre muy estricto en el uso de los ornamentos del caso, porque siempre tienen un mensaje, son una palabra para la comunidad.

Creo que una manera de respetar a las demás personas y las funciones y roles que tenemos, es cumplir con los requisitos que se han establecido. Son decisiones tomadas desde las costumbres y tradiciones; y sí, son cambiantes, pero debe ser toda la sociedad la que las cambie.

Digo esto pensando en dos casos que por estos días han estado en la palestra pública: el de la jueza Vivian Polaníay el regaño que ayer le hacía el presidente del Senado Roy Barreras a una persona que no cumplía con las normas exigidas en el recinto del Congreso. No me detengo en las situaciones particulares de ambos casos, pero sí creo que valen la pena para que todos reflexionemos y reforcemos que los vestidos son medios de representación de ideas culturales, sociales y religiosas.

Entiendo la comodidad, la disrupción, la libertad con la que queremos vivir, pero esta no puede ir en contra de los códigos que hemos aceptado en el momento de asumir alguna función o rol social. No imagino ahora que se juega el mundial que los 22 jugadores salgan vestidos de Frac como una manera de innovar, porque eso implicaría ir en contra de las normas y los códigos que han asumido al hacerse deportistas.

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No se trata de despreciar a nadie, ni de valorarlo por su manera de vestir, sino más bien de generar unas acciones que permitan consensos en medio de las diferencias. Es un acto de coherencia cumplir con requisitos que hemos aceptado desde el principio.

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