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Pese a menor afluencia en marchas, el inconformismo se mantiene: opinión de Ricardo Ospina

Pese a que la convocatoria de las marchas este martes fue menor que el año pasado, el Gobierno no se debería equivocar al ignorar las peticiones de los manifestantes.

Paro Nacional
Paro Nacional
AFP

Las movilizaciones sociales de este martes 21 de enero fueron mucho menos concurridas que las que comenzaron el 21 de noviembre del año pasado, en lo que en ese momento se llamó paro nacional.

Esto puede obedecer a varios factores, entre otros, a que apenas el país está regresando del descanso de fin de año, a la ausencia, al menos de manera pública, de liderazgos claros que orienten a los inconformes o también a que el esquema de marchas y de protestas permanentes puede cansar a algunas personas.

En Bogotá, por ejemplo, la imagen de la Plaza de Bolívar fue elocuente: mientras el 21 de noviembre estuvo abarrotada, ayer apenas alcanzó a estar llena a menos de la mitad de su capacidad.

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En ese escenario, hay que diferenciar entre quienes marcharon e hicieron “cacerolazo” en la tarde, que lo hicieron de manera tranquila ejerciendo sus derechos, y los vándalos, que aunque fueron pocos, terminaron haciendo ruido con sus actos violentos y de destrucción.

El riesgo que existe en esos escenarios es que esos pequeños grupos de encapuchados, atacando policías, rompiendo vitrinas y pintando fachadas de negocios, terminen siendo más relevantes que las legítimas peticiones de los manifestantes, que, hay que decirlo,

siguen latentes y no han tenido respuesta efectiva del gobierno.

Vea aquí: Paro nacional deja 10 policías heridos, 34 intervenciones del Esmad y 94 conducciones

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La tarea de las autoridades, principalmente de la policía y de la Fiscalía es saber quién lidera a esos grupos de vándalos que con frecuencia salen a causar destrozos y a manchar las protestas pacíficas. ¿Por qué a pesar del mensaje conciliador de la alcaldesa Claudia López ellos insisten en salir a causar caos?

Hablando de los temas de fondo, a pesar de que ayer la convocatoria de las marchas fue menor que el año pasado, el Gobierno no se debería equivocar al ignorar las peticiones de los manifestantes, porque persiste el asesinato de líderes sociales, no hay verdaderas señales de un compromiso anticorrupción desde los sectores políticos y no hay claridad alguna sobre los nuevos episodios de espionaje que se habrían originado en el Ejército.

El inconformismo se mantiene, por eso, el Gobierno no debe cerrar la puerta de una verdadera negociación.

Escuche a Ricardo Ospina en Mañanas BLU:

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