Salida del ministro TIC marca definición de estrategia política del Gobierno de cara a elecciones
Siguen en capilla el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino y la ministra de Comercio, Diana Marcela Morales, a quienes, desde hace una semana, la directora del Dapre, Angie Rodríguez, les pidió la carta de renuncia.
Julián Molina Gómez, nuevo ministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC).
El Gobierno del presidente Gustavo Petro comenzó a pasar la cuenta de cobro a los sectores políticos que le incumplieron el apoyo que habían prometido a María Patricia Balanta en el Senado, en la dura batalla frente a Carlos Camargo en la elección de nuevo magistrado de la Corte Constitucional.
La derrota sufrida por el Gobierno en esa elección llevó al presidente Gustavo Petro a replantear su estrategia política de cara al último tramo de su mandato y la primera consecuencia directa ha sido la aceptación de la renuncia de Julián Molina, el ministro de Comunicaciones, quien era reconocido como cuota de un sector del Partido de la U que mantenía su apoyo al Ejecutivo, pero que según las cuentas de la Casa de Nariño, habrían cambiado a última hora su voto, quitándoselo a la doctora Balanta para dárselo al exdefensor Camargo Assis, quien claramente era el candidato del antipetrismo.
Presidente Gustavo Petro
Foto: AFP
Siguen en capilla el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino y la ministra de Comercio, Diana Marcela Morales, a quienes, desde hace una semana, la directora del Dapre, Angie Rodríguez, les pidió la carta de renuncia, que sigue bajo evaluación del presidente Gustavo Petro. En el caso de Sanguino, forma parte del gobierno en representación de la Alianza Verde y en el caso de la ministra Morales, es cuota de los congresistas liberales petristas, en ambos casos con dudas del Gobierno sobre su apoyo a la candidata Balanta.
Congreso de la República
Foto: Blu Radio
De esas movidas depende el futuro de la coalición de gobierno en el Congreso, que parece cada vez más disminuida, incluso se espera que los nuevos ministros en reemplazo de los que se van del gabinete, sigan surgiendo del círculo más dogmático del petrismo, cortando cualquier posibilidad de convergencia con el centro político cuyos votos serían necesarios en el Congreso para sacar adelante los proyectos del Ejecutivo.
Bajo ese escenario, están en vilo proyectos clave en el Congreso como el presupuesto, cuyo monto debe votarse antes del lunes, sumado a la nueva reforma tributaria y a la reforma a la salud.
El Presidente pareciera decidido a no impulsar nuevos proyectos de fondo en el Congreso, para concentrar sus esfuerzos en liderar la campaña para la reelección de su proyecto político en 2026 y la obtención de mayorías en el Legislativo, con el fin de sacar adelante lo que tanto negó en campaña: una Asamblea Nacional Constituyente.