Anoche, Maduro, en un tono sospechosamente conciliador, dijo que está dispuesto a hablar con el presidente Santos, como supuestamente él se lo había pedido en una carta.
También celebró que Colombia haya reforzado la presencia de tropas en la frontera y ordenó a sus ministros preparar un encuentro con el Ministro de Defensa de Colombia Luis Carlos Villegas y con la Canciller María Angela Holguín.
Pocos minutos después, desde la Casa de Nariño se expidió un comunicado desmintiendo a Maduro, pues según afirmó el palacio presidencial, el presidente Santos envió una carta a Venezuela y a otros siete países (Perú, Guyana, Surinam, Francia, Bolivia, Brasil y Ecuador, para invitarlos por la protección medioambiental.
Pero más allá de este cruce de versiones, Colombia sigue ejerciendo soberanía, con presencia militar y policial y con autoridades del más alto nivel, como el general Oscar Naranjo, vicepresidente de la República, desmintiendo tajantemente las versiones sobre una supuesta invasión militar desde Colombia...
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El tono de Maduro parece ahora conciliador, suave, pero no es claro si esto obedece a que comienza a resentir la presión internacional o si es simplemente una nueva estratagema para ganar tiempo y quedarse otros cinco años en el poder.
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