Tres claves para ser feliz en el trabajo

Mi abuela decía que: “todo el mundo valora las cosas cuando ya no las tiene” y ese refrán se me vino a la mente cuando leí ayer una nota de prensa en la que se reseñaba el resultado de un estudio sobre los trabajosmás aburridos o aquellos que son catalizadores para la tristeza. Según el estudio, publicado en el Boletín de Personalidad y Psicología Social, estos son: El análisis de los datos; la contabilidad; el trabajo de impuestos/seguros; la limpieza y lo bancario. Es decir, actividades que requieren esfuerzos mecánicos y rutinarios.

Pero creo que realmente todos, si perdemos la pasión por el trabajo que hacemos, terminamos aburridos y despreciándolo, por eso, es necesario que todos los días se busquen razones para motivarse a dar lo mejor, sabiendo que la verdadera motivación es la automotivación y viene desde el interior de cada uno.

Necesitamos agradecer el trabajo y las posibilidades que nos permite, recordando la situación en la que se ha estado cuando no se ha tenido trabajo. Ojalá la elección de lo laboral esté impulsada por las habilidades que se tienen y no simplemente por la necesidad.

Hay trabajos que hacemos provisionalmente por las circunstancias, pero que no responden a nuestra vocación, y que, si los seguimos haciendo, terminaremos aburridos y tristes, porque trabajar debe ser mucho más que conseguir unos recursos para subsistir. De hecho, Annie Mackee en un artículo titulado “Ser feliz en el trabajo importa”, expone que para estar totalmente implicado y feliz, se necesitan tres cosas:

1. Una visión de futuro con sentido, es decir, las personas quieren poder ver el futuro de la organización y su papel en él.
2. Un sentido de propósito, esto es, quieren saber que ellos y sus empresas están haciendo algo grande que es importe para otras personas.
3. Buenas relaciones: saberse valorados y reconocidos. Características que no sólo se esperan, sino que toca hacer presentes en el trabajo que hacemos.

Recuerdo una frase de Facundo Cabral que define bien esto: “el que no ama lo que hace, aunque haga mucho, es un desocupado”.

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