Vivir en el mañana nos quita la posibilidad de degustar al máximo el presente

La psicología positiva, esa que se dedica a estimular, desde el método científico, las fortalezas y las virtudes del carácter del ser humano, para desarrollar y potenciar actitudes que le permitan mantenerse sano en medio de todas las situaciones que a diario tiene que vivir, insiste en la necesidad de estar conectados con el presente, de vivir conscientemente, lo cual implica, entre otras cosas, tener todos los sentidos en función de la situación que se experimenta.

Creo que esto se ve realmente limitado por la dependencia que estamos teniendo de los celulares. Por ejemplo, muchos van a un concierto y están más pendientes de grabar y tomar fotos. Es imposible estar conectados con el momento si se está más pendiente de dejar huella para el futuro. Creo que a la base de esta acción hay por lo menos tres certezas existenciales que debemos analizar:

1. El vivir en el mañana nos quita la posibilidad de degustar al máximo el presente. Quien graba está pensando más en el recuerdo, en el testimonio, que en lo que está sucediendo. Lo cual muestra cierto grado de ansiedad que dificultad la percepción del hoy.

2. Parece que es más importante ostentar que gozarse el momento. Lo más seguro es que se grabe para colocar los videos en los estados en las redes sociales y mostrarle a los demás todo lo que se ha vivido, como si lo importante fuera que los otros lo supieran y no todo lo que ocasiona en sí mismo.

3. Se sospecha que el ojo de la cámara del celular puede ver todo mejor que nuestros propios ojos. Sospechamos de lo que vemos, de lo que experimentamos en ese momento. Y tengamos claro que las cámaras siempre distorsionan la realidad, porque al fin y al cabo toda toma es una opinión.

Necesitamos liberarnos de las pantallas en algunos momentos para poder disfrutarlos plenamente. No todo tiene que quedar en la memoria del aparato, a veces sólo basta con que esté en nuestra propia memoria.

Ensayar con ser más libre de los aparatos y gozarnos el presente puede ser una manera de defendernos de tantos trastornos a los que hoy estamos expuestos.