Laureth Valderrama es la madre de Mía Carrascal, una niña de año y medio que fue diagnosticada con atresia esofágica y que debió ser traída de urgencia desde la ciudad de Cartagena hasta la clínica Somer de Rionegro para que le realizaran una terapia respiratoria, denominado ECMO, pues sufrió una neumonía.
De inmediato, la menor, que además tiene gastrostomía y traqueostomía, fue ingresada a la unidad de cuidados intensivos, donde permaneció por más de 100 días. Cuenta su madre que un día sufrió un paro cardiorrespiratorio, pero la terapeuta que se encontraba con ella no se habría dado cuenta.
"La niña no estaba respirando, no le latía el corazón. Estaba muerta prácticamente. Yo salgo corriendo a buscar ayuda de los médicos. Ellos ingresan inmediatamente a la habitación, la reaniman", afirmó la madre.
Hoy Laureth asegura que por culpa de ese episodio de la supuesta negligencia de la terapeuta la salud de su bebé se deterioró más.
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"Tiene un alto riesgo de sufrir parálisis cerebral. También tiene un alto riesgo de quedar ciega. Una bebé de un año y medio que tenía prácticamente su cerebro normal", explicó Valderrama.
Por su parte desde la Clínica Somer respondió por medio de un comunicado: “Hemos escuchado y estamos prestos a atender cualquier requerimiento; sin embargo, nos encontramos con la tranquilidad de haber realizado todo lo que está a nuestro alcance para dar una atención integral a la pequeña. De hecho, se llevó a cabo una compleja cirugía con nuestro grupo de especialistas para corregir su situación de base, e incluso se gestionó el acompañamiento de un cirujano experto en vía aérea, con gran reconocimiento internacional, para ayudarla con el problema de salud que padece desde su nacimiento, y que gracias a esta compleja cirugía, ya se encuentra solucionado”, se lee en la misiva de la institución de salud.
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