Este es el balance de protestas por Palestina en Bogotá, ¿qué hacer con encapuchados?
El secretario de Seguridad de Bogotá expresó que quien se cubre el rostro tiene la intención de hacer actos indebidos.
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Las recientes protestas por Palestina en Bogotá dejaron un saldo de 4.500 manifestantes distribuidos en 15 puntos de bloqueo a lo largo de la ciudad, según el balance entregado por la Secretaría de Gobierno. Los hechos, que se desarrollaron entre el norte y el centro de la capital, incluyeron actos de vandalismo contra un concesionario de vehículos, cajeros automáticos e incluso una iglesia, según confirmó el secretario de Seguridad, César Restrepo, en entrevista con Mañanas Blu.
El funcionario detalló que la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDEMO) reaccionó ante los disturbios ocurridos en inmediaciones de la Universidad Pedagógica y la Universidad Distrital, donde varios encapuchados se resguardaron tras realizar ataques con bombas incendiarias y artefactos contundentes.
“Los vándalos se escondieron en la Universidad Pedagógica y desde adentro atacaron la ciudad. También vandalizaron cajeros y afectaron una iglesia con pintadas que considero actos de violencia psicológica”, declaró Restrepo.
Uno de los puntos más sensibles de la jornada fue la presencia de personas encapuchadas, cuya actuación generó frustración entre los ciudadanos por la aparente falta de capturas. De acuerdo con Restrepo, la dinámica de las protestas dificulta las detenciones inmediatas.
“Las personas que cometen estos actos se encapuchan y se mezclan con quienes protestan pacíficamente. En algunos casos, intervenir podría poner en riesgo la vida de muchas personas”, explicó.
El secretario reveló que alrededor de 70 encapuchados fueron identificados durante la manifestación, aunque nunca actuaron de forma conjunta.
“Van y vienen, organizan el lío y tres cuadras más adelante se quitan la capucha”, comentó. Esta estrategia, según el funcionario, ha impedido capturas en flagrancia y complica la judicialización de los responsables.
Restrepo enfatizó que tanto la Policía como la Fiscalía están recopilando información para vincular a los autores con los hechos de vandalismo. “La aplicación de la ley depende de poder conectar el acto criminal con la responsabilidad directa del individuo”, precisó.
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Durante la entrevista, Restrepo lanzó una propuesta que reabre el debate sobre los límites del derecho a la protesta y la seguridad ciudadana: la posible prohibición del uso de capuchas en el espacio público.
“Por ley, el uso de la capucha debería estar prohibido. ¿Quién necesita cubrir su rostro si no está dispuesto a violar la ley o ejercer violencia?”, cuestionó.
El funcionario explicó que esta discusión no ha sido asumida con suficiente seriedad en el país, y que corresponde al Congreso de la República analizar reformas que fortalezcan la protección de los ciudadanos frente a los actos violentos en las movilizaciones.
Lastimosamente son discusiones que no damos como sociedad y debemos darlas
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Restrepo fue enfático en que el derecho a la protesta pacífica debe protegerse, pero también debe diferenciarse de los actos criminales. Para el secretario, la ciudadanía tiene un papel fundamental en aislar a quienes utilizan la movilización social como escudo para cometer delitos.
“Si valoramos como sociedad el derecho a la manifestación, quienes protestan deben aislar a los violentos. Los usan como escudos y eso termina afectando la legitimidad de las marchas”, advirtió.Aunque algunos manifestantes justifican el uso de capuchas por temor a represalias policiales, Restrepo insiste en que ese argumento no es válido para encubrir actos ilegales.
El que se pone capucha es porque sabe que va a hacer algo indebido. No puedo poner mi cara para responder por mis actos, por eso me tapo
Finalmente, el secretario de Seguridad se refirió a los videos difundidos en redes sociales donde se observan encapuchados portando símbolos vinculados al grupo Hamás y quemando una bandera de los Estados Unidos. Según Restrepo, no existen indicios de reclutamiento o presencia de células terroristas internacionales en la capital.
“No tenemos alerta de que en Bogotá se estén haciendo reclutamientos para organizaciones del Medio Oriente. Lo que hay es parafernalia simbólica, no estructuras operativas”, aclaró.