El pasado 25 de marzo del 2025 Colombia quedó conmocionada por un impresionante caso en un potrero en la localidad de Bosa en Bogotá.
En una entrevista con Más Allá del Silencio, Greiber Berrío, un joven venezolano de 19 años que fue atacado por una jauría de al menos nueve perros callejeros cuando regresaba a casa tras salir de la iglesia, dio detalles de este suceso.
Según los informes oficiales, el ataque duró cerca de 40 minutos y lo dejó con más de 150 mordeduras, además de la pérdida de sus dos orejas y ambos brazos: “Lo único que me quedó fue cubrirme lo más que podía. Me arrastraron a un barranco y allá me mordían por los brazos, por las piernas, por todo lado”, comentó Greiber.
El joven comentó que en medio del terror y a pesar de sus gritos, ninguno de los vecinos quiso ayudarlo. Aseguró haber visto a algunas personas asomarse por las ventanas de edificios cercanos, pero nadie bajó a ayudarlo.
La patrulla de la Policía llegó una hora después, cuando los perros aún rondaban la escena: “Vi la sirena y le grité al policía que no me dejara solo. Pensé que los perros volverían a colgarse de mi brazo”, contó Greiber.
De inmediato fue trasladado al hospital de Bosa, donde llegó cubierto de sangre y el diagnóstico fue desalentador. Permaneció 16 días en coma, y fue sometido a una serie de cirugías que culminaron en la amputación de ambos brazos para frenar la infección provocada por las mordeduras.
“Si los perros lo hubieran mordido en la tráquea, tal vez habría muerto ahí mismo. Gracias a Dios no le atacaron el cuello”, dijo el padre del joven.
Pese a las secuelas físicas, Greiber no ha perdido sus sueños. Utiliza el celular con los pies y sueña con convertirse en periodista: “Me inspira una vecina en Venezuela que nació sin brazos y lo hacía todo con los pies. Si ella pudo, yo también puedo”.
La comunidad sigue preguntándose por qué no se ha intervenido el potrero donde ocurrió el ataque. Según su padre, una atención médica más oportuna también pudo haber evitado el desenlace: “Si lo hubieran trasladado a Kennedy desde el primer día, tal vez no habría sido necesario amputarle ambos brazos”.