Su hermano asesinó a su madre y a su tía; años después lo visitó en la cárcel y esto pasó
Fue cuando su hermano mayor, Alexander, asesinó a su madre y a su tía en un acto de violencia que marcó su vida para siempre.
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El barrio Kennedy de Bogotá fue testigo silencioso de una de las historias más desgarradoras de violencia intrafamiliar. Alexander Sánchez, un joven con problemas de adicción y salud mental no tratados, terminó asesinando a su propia madre y tía en 2006.
Jair Sánchez nunca olvidará el año 2006. Fue cuando su hermano mayor, Alexander, asesinó a su madre y a su tía en un acto de violencia que marcó su vida para siempre. La tragedia no surgió de la nada: Alexander llevaba años hundido en las drogas y trastornos mentales, mientras su madre luchaba en vano por salvarlo.
Ahora adulto, Jair Sánchez revivió esos días con dolor, en diálogo con el podcast Conducta Delictiva. El hogar de los Sánchez estuvo marcado por el abandono y el alcoholismo. Su padre, un árbitro de fútbol con dos familias paralelas, era violento y ausente.
"Nos pegaba por sí o por no", recuerda Jair. Su madre, en cambio, trabajó incansablemente para mantenerlos, vendiendo plátanos, haciendo oficios domésticos y asegurándose de que nunca les faltara un plato de comida. Pero mientras ella se esforzaba, Alexander, el mayor, caía en la delincuencia. Su primer robo, una cadena arrebatada a una señora a los 13 años, fue solo el comienzo.
Alexander pasó por centros de rehabilitación, el Ejército e incluso la cárcel, pero siempre recaía. Su madre lo buscaba en las calles, lo llevaba a clínicas y rogaba por su recuperación. "Ella daba el 100 % por él", dice Jair, quien reconoce que ese enfoque dejó a los otros hijos en un segundo plano. En 2006, tras ser dado de alta de la Clínica La Paz, Alexander recayó en el consumo. Ocho días después, en un episodio de psicosis, asesinó a su madre y a una de sus tías.
Años después, Jair visitó a su hermano en prisión. Alexander, ya deteriorado mentalmente, le pidió perdón entre lágrimas: "Decía que escuchaba voces". Jair lo perdonó, pero el peso de lo ocurrido sigue ahí. Alexander está próximo a cumplir su condena, la pregunta es qué pasará después. "¿Quién lo recibe? Está enfermo, nadie lo va a querer cerca", confesó Jair, quien pide ayuda para su hermano y para familias que atraviesan situaciones similares.
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