En medio de la Semana de la Biodiversidad en Cali, la ministra de Ambiente, Irene Vélez, desató polémica al señalar que élites en el Valle del Cauca se “apoderaron de la tierra fértil” para el monocultivo de la caña de azúcar, desplazando a campesinos hacia las montañas. También acusó a los ingenios de agotar y contaminar las aguas subterráneas.
Desde Asocaña, el gremio azucarero respondió. Claudia Calero, presidenta de la asociación, aseguró en entrevista con Mañanas Blu 10 AM que las afirmaciones de la ministra no corresponden a la realidad: “Estamos en 239 mil hectáreas de 5 departamentos y 51 municipios, es decir, solo el 9 % de la frontera agrícola. No estamos ocupando todo el área cultivable”, indicó.
Calero agregó que en el Valle del Cauca hay 780 mil hectáreas disponibles, de las cuales 380 mil están cultivadas y otras 400 mil permanecen sin uso agrícola. “No es por caña que no se ha sembrado más alimentos —explicó—, es porque aquí confluyen muchos factores que hacen atractivo sembrar caña para 12.000 familias, porque hay mercado asegurado”, continuó.
Frente a las críticas ambientales, la dirigente gremial recalcó que la agroindustria de la caña ha implementado prácticas sostenibles. “No usamos pesticidas, todo es con control biológico; hace varios años que no utilizamos glifosato. Hoy el sector azucarero es un modelo de economía circular para el país y el mundo”, señaló.
En relación con el uso del agua, Calero afirmó que no existe agotamiento de fuentes subterráneas y respaldó su argumento en las autoridades ambientales del Valle: “No hemos agotado el agua subterránea, de acuerdo con la autoridad ambiental. No es por la caña que no se han sembrado otros cultivos; el área cultivable es propiedad de terceros con tradición absoluta”, explicó.
A las declaraciones de Asocaña se sumaron los sindicatos de trabajadores del sector, que emitieron un comunicado rechazando los señalamientos de la ministra. Según sus cifras, la caña de azúcar genera más de 280.000 empleos formales en la región y representa un sustento clave para miles de familias del suroccidente colombiano.