Un grave caso de inseguridad fue denunciado por el ciudadano Jhon Fernando Ramos, quien relató que su hermano, estudiante del Sena en Floridablanca, fue víctima de un violento ataque con arma blanca cuando se dirigía a clases en la madrugada del pasado lunes.
El hecho ocurrió hacia las 5:30 a.m., a pocos metros de la sede educativa, en un sector que, según la comunidad, se ha convertido en un corredor crítico por la presencia de habitantes de calle y delincuentes.
Ramos narró que su hermano caminaba hacia el centro de formación cuando fue abordado por un hombre que aparentaba ser habitante de calle y que le pidió una moneda. Ante la negativa, el agresor sacó una navaja y lo amenazó.
“Mi hermano se asusta y en ese momento el hombre le tira una apuñalada. No logra herirlo de lleno en el primer intento, pero le rasguña el brazo. Mi hermano intenta zafarse y en ese momento le hace otro lance y lamentablemente le pega una apuñalada en el cuello”, contó.
La herida no fue profunda gracias a que el impacto dio contra el botón de la camisa, lo que evitó una lesión mayor. Sin embargo, el joven tuvo que ser trasladado a un hospital, donde recibió puntos de sutura. Su familia ya interpuso la denuncia ante la Fiscalía.
El hecho ocurrió en un punto donde confluyen tres instituciones educativas: el Sena, la Universidad Santo Tomás y un colegio aledaño. Según Ramos, desde hace semanas los estudiantes y vecinos han alertado sobre la presencia constante de consumidores, habitantes de calle y presuntos delincuentes que merodean la zona.
El denunciante señala como foco principal de inseguridad el abandonado edificio del sistema de transporte Metrolínea, conocido como el “elefante blanco del Papi Quiero Piña”, ubicado justo al frente de estas instituciones.
“Desde hace un mes vienen saqueando todo lo que quedó ahí. Eso se volvió un foco de inseguridad gigantesco. El habitante de calle, el delincuente común, recicladores y extranjeros que vienen a delinquir atraviesan la autopista como Pedro por su casa, llegan a la zona del Sena, cogen la quebrada, cargan y descargan cosas”, explicó.
Ramos asegura que no es el primer caso. Un vigilante de la Universidad Santo Tomás les informó que hace 15 días una estudiante también fue intimidada con un cuchillo y despojada de sus pertenencias.
Aunque reconoce que la denuncia ante la Fiscalía podría no avanzar por falta de cámaras o material probatorio, insiste en que es necesario “dejar el precedente” y evitar que otro estudiante resulte gravemente herido.
La comunidad pide patrullajes permanentes, intervención del edificio abandonado y acciones efectivas para recuperar la seguridad en este corredor educativo que, según ellos, está “totalmente vulnerable”.
Por ahora, el joven atacado se recupera en casa, mientras su familia espera respuestas institucionales para prevenir nuevas agresiones.