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Un trágico hallazgo se registró en el barrio La Floresta, en San Gil, donde Didier Remolina, un domiciliario de 28 años, fue encontrado muerto en su habitación.
El joven, conocido por su rutina diaria de trabajo, fue hallado sin vida tras una llamada de la propietaria de la vivienda, quien se mostró preocupada por la ausencia prolongada del joven, que habitualmente salía todos los días a las 6:30 de la mañana para cumplir con sus labores de reparto.
De acuerdo con las autoridades, llevaba dos días sin ser visto, lo que despertó la inquietud de los vecinos y familiares.
Tras recibir el reporte, la Policía solicitó la colaboración del Cuerpo de Bomberos de San Gil para ingresar al inmueble y verificar el estado de la persona en cuestión.
A su llegada, los bomberos intentaron establecer contacto con Remolina a través de la ventana de la vivienda, pero al no obtener respuesta, decidieron proceder con un ingreso forzado.
Al ingresar a la habitación, los paramédicos confirmaron que el joven no presentaba signos vitales, se observó la presencia de rigidez cadavérica y otros indicios de descomposición, lo que les permitió confirmar que ya había fallecido 24 horas atrás.
Una vez corroborada la muerte, se permitió el acceso de un familiar cercano para identificar el cuerpo.
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Las autoridades indicaron que, aunque en el lugar no se encontraron signos evidentes de violencia, la causa de la muerte sigue siendo un misterio.
El caso está siendo investigado por la Policía, quienes han iniciado las diligencias correspondientes para esclarecer los motivos del fallecimiento.
Hace 10 años, el joven realizaba la actividad de domiciliario y nunca había tenido ningún inconveniente con sus compañeros de trabajo. Según la dueña del inmueble, es recordado por ser servicial.