
¿Compra frutas partidas por la mitad? Nutricionista revela por qué no debería hacerlo
Comprar frutas partidas puede parecer práctico, pero podría poner en riesgo su salud.

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Comprar medio melón o una sandía partida por la mitad puede parecer una opción práctica para quienes no desean llevar la fruta entera.
A simple vista, estas piezas pre-cortadas ofrecen comodidad y ahorro, pero lo que muchos desconocen es que su consumo puede representar un riesgo sanitario significativo si no se manipulan ni conservan adecuadamente.
El problema empieza justo en el momento en que la fruta es abierta. Según explica la nutricionista Duna Nicolau a través de sus redes sociales, la corteza de frutas como el melón o la sandía actúa como una barrera natural contra bacterias y contaminantes del entorno.
Una vez cortada, esa protección desaparece, dejando la pulpa completamente expuesta a microorganismos como Listeria monocytogenes, Salmonella y E. coli, que pueden causar graves afectaciones en la salud.
De hecho, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) advierte que las frutas mínimamente procesadas, como las partidas por la mitad, deben conservarse por debajo de los 5 ºC desde su corte hasta el momento de su consumo.
En condiciones muy específicas, se permite una exposición de máximo tres horas a temperatura ambiente, siempre que no superen los 25 ºC y se mantengan en ambientes ventilados, lejos del sol.
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