
Si duerme más de estas horas al día podría afectar su salud seriamente, según neurólogo
Adrián Zamora, neurólogo y somnólogo, habló en entrevista con Blu Radio sobre el sueño y cómo afecta el cuerpo la falta o el exceso del mimso en el cuerpo.

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El sueño es una de las funciones biológicas más importantes del cuerpo humano, pero cuando se excede el tiempo recomendado, puede convertirse en un factor de riesgo para diversas enfermedades.
En entrevista con Blu Radio, el neurólogo y somnólogo Adrián Zamora, de la Fundación Santa Fe, dormir más de nueve o diez horas al día puede tener consecuencias negativas para la salud, al igual que la falta de sueño.
El doctor Zamora explicó que, si bien la privación de sueño está ampliamente estudiada y se sabe que puede generar problemas de memoria, trastornos del ánimo y enfermedades cardiovasculares, dormir en exceso también representa un riesgo.
“Las personas que duermen más de nueve o diez horas al día tienen una mayor probabilidad de padecer enfermedades como apnea del sueño no diagnosticada, trastornos metabólicos y problemas cardiovasculares”, señaló el especialista.
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El neurólogo indicó que muchas de las personas que experimentan somnolencia diurna y tienden a dormir más de lo habitual podrían estar sufriendo de apnea del sueño, una condición en la que la respiración se interrumpe repetidamente durante la noche, afectando la calidad del descanso.
El sueño no es un parámetro estático en la vida de una persona. Como explicó Zamora, las necesidades de descanso varían con la edad: un recién nacido puede dormir hasta 18 horas al día, mientras que un adulto sano requiere entre siete y nueve horas de sueño nocturno.
Sin embargo, en la actualidad, muchos adolescentes y jóvenes han alterado sus patrones de sueño debido a la exposición a pantallas y al uso de dispositivos electrónicos hasta altas horas de la noche. Esto ha provocado un aumento de casos de fase retrasada del sueño, un trastorno en el que las personas se duermen muy tarde y tienen dificultades para despertar temprano, afectando su rendimiento académico y bienestar emocional.
“Vivimos en una sociedad hiperestimulada, con acceso constante a pantallas y dispositivos electrónicos. Esto afecta la calidad del sueño, especialmente en los jóvenes, quienes muchas veces desarrollan hábitos poco saludables que pueden desencadenar problemas a largo plazo”, explicó el neurólogo.
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Otro aspecto fundamental que destacó el experto es que el sueño durante el día no puede reemplazar el descanso nocturno. Aunque las siestas cortas, conocidas como power naps, pueden ser beneficiosas, dormir durante el día de forma prolongada no tiene la misma eficiencia que un sueño nocturno continuo y profundo.
“La siesta debe durar menos de 20 minutos para ser efectiva. Si se extiende más allá de los 30 o 40 minutos, puede interferir con el ciclo natural del sueño y causar dificultades para dormir en la noche”, afirmó Zamora.
Finalmente, el doctor Zamora destacó la importancia del sueño profundo y del sueño REM (movimientos oculares rápidos). Mientras que el sueño profundo es el más reparador a nivel biológico, el REM está relacionado con la estructura y la arquitectura del descanso.
Actualmente, muchas personas utilizan dispositivos inteligentes como relojes o anillos para medir la calidad de su sueño. Sin embargo, el neurólogo advirtió que estos dispositivos no son herramientas de diagnóstico médico, aunque pueden ser útiles para hacer un seguimiento del tiempo total de descanso.
En conclusión, tanto dormir poco como dormir demasiado puede traer serios problemas de salud. La clave está en encontrar un equilibrio y mantener hábitos saludables de sueño, evitando la sobreexposición a pantallas antes de dormir y asegurando un descanso nocturno continuo y reparador.
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