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Todo nace del proceso que se adelantó en la CIJ y que derivó en la sentencia del 19 de noviembre de 2012, en la que oficialmente se reconoció la soberanía del archipiélago de San Andrés, pero en el que la CIJ también le otorgó unos derechos a Nicaragua sobre las pretensiones que tenía en ese proceso. Colombia alegó que el falló era inaplicable y que debía ser sometido a la celebración de un tratado internacional en materia limítrofe, pues así lo preveía la Constitución colombiana.
Nicaragua aprovechó esta coyuntura para demandar por segunda vez. Ahora hay dos demandas, la del incumplimiento del fallo de 2012 y una segunda que tiene que ver con las pretensiones que tiene Nicaragua sobre la plataforma continental.
Andrés Barreto, abogado de la Universidad del Rosario y profesor en derecho internacional, en dialogo con Blu Radio expresó que el caso no está perdido pero que “la CIJ es la única corte internacional que se puede ocupar de estos casos y por ende sería la jurisdicción de cierre”.
“Hay que decir que si bien Nicaragua como demandante tenía razón en que si ganó el proceso había que cumplirlo, Colombia también tuvo la razón en argumentar que no había hecho de la fuerza; lo único que la CIJ está recordando que hay un fallo pendiente y que hay que cumplirlo y acatarlo.”
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Por último, y respecto a la decisión del presidente Santos de no comparecer más ante la CIJ, Barreto precisó: “lo importante es mirar dos temas, primero que con Colombia o sin Colombia el procedimiento se va a llevar a adelante, y segundo, la sentencia es vinculante”.
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