En medio de la tormenta que se armó por la propuesta del designado ministro de Educación, Alejandro Gaviria, de socializar en los salones de clase de escuelas y colegios el informe final de la Comisión de la Verdad, el próximo funcionario explicó el alcance de su planteamiento.
En primer lugar, Gaviria defendió a la Comisión como parte del sistema de verdad, con rango constitucional y necesaria, en su criterio, en la construcción de un relato sobre el conflicto y todos los hechos de dolor que rodean la larga historia de violencia.
“Todas las naciones necesitan un relato y ese relato, en un país como Colombia, con una historia trágica de ignominia, de sufrimiento humano, necesita respetar el dolor de las víctimas y construir un relato incluyente hacia el futuro, eso es lo que se llama reconciliación y las escuelas y colegios, en cualquier parte del mundo, tienen que ser protagonistas de esa reconciliación”, explicó.
El designado ministro también agregó que su principal objetivo y ambición es tener una educación para la paz, teniendo en cuenta las voces disidentes. “De eso se trata la reconciliación”, dijo.
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“Era una invitación”
Sobre la controversia por su propuesta, Gaviria explicó que no se trata de una política de “ideología” ni “adoctrinamiento”, y que respeta la autonomía educativa, por lo cual se trataría entonces de una invitación y no de una orden que vaya a imponer cuando asuma la cartera de Educación, el próximo 7 de agosto.
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“Las escuelas y colegios tienen autonomía. Cuando yo grabo el video a lo que los invito es a que conozcan el legado de la Comisión de la Verdad y que lo traten de incorporar en sus prácticas, conversaciones, y que se inscriban voluntariamente. No era una orden ni un mandato perentorio, era una invitación”, concluyó.
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