En un país donde el abandono universitario se ha convertido en una constante, especialmente en los primeros semestres, la Universidad ECCI propone una ruta distinta. A través de su modelo de educación por ciclos, cientos de jóvenes logran titularse como técnicos o tecnólogos en apenas dos años y medio, accediendo rápidamente al mercado laboral y retomando sus estudios profesionales más adelante, sin tener que empezar de nuevo.
“El estudiante se gradúa como tecnólogo, se inserta laboralmente, alivia los costos familiares y luego retoma su carrera profesional sin empezar de cero”, explicó el rector Fernando Soler López, quien lideró esta transformación desde los años 90. Su enfoque ha sido clave para enfrentar uno de los principales retos del sistema educativo colombiano: la deserción.
Y es que las cifras hablan por sí solas. Según Soler, “el 80% de nuestros estudiantes son de estratos 1 a 3. Nuestro modelo no solo forma profesionales, sino que transforma realidades sociales”. Muchos de estos jóvenes se ven obligados a abandonar la universidad por falta de financiación. El modelo por ciclos les ofrece una salida concreta: trabajar y estudiar al mismo tiempo.El modelo también se ha demostrado eficaz en términos académicos y de empleabilidad. Carreras tecnológicas como Mecatrónica, Mercadeo, Diseño Publicitario, Robótica Industrial, Automatización o Producción de Moda permiten a los estudiantes entrar al mundo laboral en corto tiempo.
A partir de ahí, pueden continuar su formación en programas profesionales como Ingeniería de Software, Ingeniería Electrónica, Diseño de Moda o Ingeniería Química. Además de su enfoque académico, ECCI ha trabajado para mantener costos accesibles. La matrícula para programas tecnológicos va entre $2,9 y $3,5 millones por semestre, mientras que los ciclos profesionales oscilan entre $2,6 y $4,8 millones. A esto se suman múltiples opciones de becas, convenios con el SENA y apoyos de programas como FEST Atenea, lo que amplía las oportunidades de acceso.
En una época donde muchas instituciones apenas comienzan a experimentar con este enfoque, ECCI ya muestra resultados concretos. Programas como Ingeniería Electrónica, Tecnología en Soporte de Telecomunicaciones y Electrónica Industrial han sido acreditados, con más de 4.500 egresados en total. “Pasamos de 18 estudiantes en 1977 a más de 20.000. El país necesita más técnicos y tecnólogos. Nuestra apuesta es por una educación con impacto”, afirmó Soler.
Más que una alternativa académica, la propuesta de la ECCI se consolida como un modelo de movilidad social y sostenibilidad educativa. Jóvenes que de otro modo habrían quedado fuera del sistema universitario encuentran aquí una ruta viable, flexible y efectiva. En un contexto nacional que exige respuestas innovadoras, la educación por ciclos ya no es solo una estrategia institucional: es una apuesta de país.