¿En qué momento la intensidad se convierte en un aspecto negativo?
La intensidad es una práctica que, si no se mide, se convierte en invasiva.
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Raquel Gómez, coach y especialista certificada en marca personal, estuvo en En BLU Jeans hablando de los aspectos positivos y negativos que conlleva ser intenso en el ámbito personal y social.
La intensidad es solo positiva cuando se usa en pro de impulsar a las personas para destacarse, siempre y cuando sea controlada.
“Cuando la intensidad tiene un propósito claro y tiene una medida vale la pena porque ayuda a impulsar la vida”, dijo la coach.
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Sin embargo, según la especialista, lo difícil es cuando se sobreactúa y se pasan unos linderos exagerados, pues esto se convierte en un trastorno de la personalidad.
“Se nota cuando se invaden los espacios de los demás, se ahoga a la gente e incluso se minimizan los espacios de los otros por interponer el del sobreactuado”, comentó.
Para Raquel, cuando la intensidad no es bien manejada, la persona pierde credibilidad frente al público ya que esta no se siente natural, sino que se nota un desborde. Es un tema que afecta en diversos escenarios, entre ellos, las relaciones amorosas, negocios, ámbito laboral e incluso social.
La recomendación que dio la especialista es pedir retroalimentación de las demás para así poder darse cuenta cual es la percepción que tiene las personas frente a sus actitudes y acciones.