“La unció recibe por un regalo, la autoridad se adquiere y consigue en el campo de batalla y Jesús es el mejor ejemplo para ilustrarlo”, dijo.
“Jesús inició su ministerio con unción, pero no fue sino hasta después de enfrentar al enemigo que dijo que toda la autoridad le había sido dada”, añadió.
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El pastor además dijo que a todos los cristianos les gusta la unción, sentir la presencia de Dios, pero el hecho de tener que enfrentar los temores cuesta un poco más.
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“Si queremos pasar de sentir la presencia de Dios en una reunión a estar respaldado, para eso necesitamos enfrentar a nuestros gigantes, nuestras luchas internas”, explicó.