
Las lágrimas de miedo ahora son de felicidad: esposo de psicóloga liberada en Ituango
La mujer de 63 años permanece en el hospital de San Andrés de Cuerquia, donde evalúan sus condiciones de salud.

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La tranquilidad para la familia de Doralba Agudelo, la psicóloga secuestrada desde hace cuatro meses en Ituango, llegó con una llamada en la madrugada de este domingo.
Un número de celular desconocido despertó a Javier Penagos cerca de las 4:00 de la mañana. Era su esposa diciéndole que estaba libre, que la habían dejado en al borde de un camino veredal. Era una voz que no escuchaba desde el pasado 25 de diciembre cuando recibió la última prueba de supervivencia.
“Me dijo que no sabía dónde estaba, que era una oscuridad tremenda y que caminó por el monte, entre bejucos y ramas durante cuatro horas hasta que se encontró un vehículo y el conductor le regaló ese minuto de celular”, relató Penagos, quien aseguró que la presión de la fuerza pública hizo que los captores la dejaran libre, pues nunca pagaron el rescate.
La petición de los secuestradores ascendía a los 500 millones de pesos, así se lo hicieron saber en las constantes llamadas con amenazas de atentar contra la vida de la mujer, quien estaba en la finca familiar en el corregimiento La Granja, de Ituango, cuando fue raptada.
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“Dijeron que si no entregaba el dinero me la mandaban picada en bolsas o que la mataba y ni los restos los podría alcanzar. Uno en ese tipo de situaciones hace de todo. Alguna vez intentamos organizar con ellos, pero era un monto abismal”, aseguró Penagos.
“Ahora son lágrimas de alegría y satisfacción. Esperamos que cada día vaya mejorando y que Dios nos permita puedes compartir con ella a largo tiempo”, dijo Penagos.
La mujer fue recibida por los habitantes de San Andrés de Cuerquia, municipio del que su esposo fue alcalde. Allí es atendida en el hospital local, donde se espera permanezca internada, pues sus condiciones físicas no son las mejores.
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“Su estado de salud es limitado, físicamente se ve muy mermada, bastante golpeada por el maltrato psicológico que recibió. Muchas veces le decían que si la plata no aparecía, la iban a picar”, añadió.
Desde el momento del rapto, las autoridades que habían estado al frente de la búsqueda de Doralba, lo atribuyeron a miembros de las disidencias del Frente 18 de las Farc, grupo que delinque en esta zona del nordeste antioqueño.
Para Penagos y su familia, la prioridad reencontrarse con su esposa y trasladarla a Medellín para adelantar todos los exámenes médicos necesarios y olvidar los cuatro meses de angustias que dejó el secuestro el pasado 26 de agosto. Sin embargo, dice que la única amenaza es perder la finca de donde fue raptada.