En una era dominada por la inmediatez digital y las redes sociales, una tendencia sorprendente está cobrando fuerza: los pasatiempos que sus abuelos amaban están experimentando un resurgimiento masivo entre las nuevas generaciones.
Una publicación de Global English Editing detalla que aquellas actividades que los "baby boomers" daban por sentadas, como tejer o trabajar con las manos, están siendo redescubiertas por jóvenes que buscan una conexión más profunda y una pausa del mundo digital.
Esta vuelta a lo analógico no es solo una moda pasajera, sino un deseo de ralentizar el ritmo y encontrar satisfacción en la creación manual y la interacción real. Aquí te presentamos algunos de esos pasatiempos "de la vieja escuela" que están volviendo con fuerza:
Coleccionismo de discos de vinilo: Lo que antes era una experiencia musical común, desplazada por CDs y el streaming, ahora es un fenómeno cultural. Los jóvenes compran tocadiscos y buscan álbumes en mercadillos, valorando la calidad del sonido de la aguja sobre el vinilo y la inmersión que invita a "sentarse y escuchar".
Jardinería: De ser una forma de vida para muchas familias, ahora se etiqueta como "cultivo urbano" y se comparte orgullosamente en redes sociales. Cultivar algo con tus propias manos sigue siendo una de las sensaciones más gratificantes.
Diario escrito a mano: Antes de los smartphones, los diarios eran el refugio para pensamientos y sueños. Las nuevas generaciones están redescubriendo el "poder de escribir a mano", comprando elegantes diarios y entendiendo que "la mejor terapia es una página en blanco".
Tejer y hacer crochet: Lo que parecía un arte en declive está floreciendo de nuevo. Veinteañeras tejen bufandas en parques y comparten patrones en Instagram, buscando no solo crear algo acogedor, sino también "reducir la velocidad, crear con las manos y encontrar alegría en la repetición".
El británico y nadador Tom Daley teje antes de competir.
AFP
Pesca: Para muchos adolescentes del pasado, las mañanas de sábado eran sinónimo de pesca. Hoy, los jóvenes la adoptan por deporte, por paz y tranquilidad, e incluso para capturar fotos, demostrando que "ver un flotador bailar en la superficie sigue siendo mejor que el *doomscrolling*".
Hornear desde cero: Si antes el pan casero y los pasteles reales eran la norma, luego la comodidad tomó el relevo. Ahora, la gente está moliendo su propia harina y fermentando masa madre, orgullosa de sus creaciones imperfectas, en un acto de "reconectarse con algo real".
Redacción de cartas: Lejos de los correos electrónicos y los mensajes de texto, la carta escrita a mano con sello es "atemporal, personal e intencional". Clubes de amigos por correspondencia y talleres de caligrafía demuestran que, aunque una carta tarde más en llegar, "perdura mucho más en el corazón".
Carpintería: El olor a serrín y trementina en el taller del padre simbolizaba paciencia y creación. Ahora, la carpintería está de moda, con personas orgullosas de construir sus propios muebles y aprender técnicas centenarias, porque "no solo construyes muebles, creas un legado".
Rompecabezas y juegos de mesa: La diversión familiar de antaño, donde todos se reunían alrededor de una mesa para jugar Monopoly o Scrabble, está regresando con fuerza. Con nuevos juegos de estrategia y cooperativos, se confirma que "sentarse alrededor de la mesa, cara a cara, todavía tiene magia".
Observación de aves: Este pasatiempo, que muchos asociaban con jubilados, está en auge. Niños con diarios de aves y jóvenes con cámaras demuestran que "reducir el ritmo, salir al exterior y disfrutar al ver un arrendajo azul" es una valiosa forma de desconexión.
Este regreso de los pasatiempos "de la vieja escuela" es una ventana que muchosd deciden abrir ante un mundo cada vez más digital.