
Valencia (Córdoba) e iniciaron persecución hacia ella y su familia, al igual que las Farc, contó la labor que está haciendo como líder del movimiento de víctimas en el país.
“Es inevitable sentir miedo ante hombres armados. Pero es más fuerte el instinto de supervivencia”, aseguró Palencia quien en 2012 recibió el Premio Nacional de Paz.
“La vida es hasta que Dios quiera. Yo vivo totalmente resignada, tengo el 90% de probabilidad de morir de manera violenta porque tome la decisión de empezar a reclamar el restablecimiento de mis derechos y revelar ataques en mi contra”, afirmó.
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Palencia, quien dijo que aprendió a controlar el miedo, a reaccionar de manera rápida y a no dejarse dominar por el pánico, manifestó que lamenta varias de las decisiones que ha tenido que tomar para proteger su vida y la de sus hijos.
“Mis hijos no han podido tener la vida normal que tienen los jóvenes. No pueden disfrutar de todos los paraísos de Urabá porque los tengo que esconder para que nadie sepa de ellos”, afirmó.
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Carmen Palencia, oriunda de Valencia, Córdoba, recordó cuando los paramilitares mataron a su esposo, con quien estuvo casada 11 años y tuvo un hogar tranquilo en ese municipio.
“Él era Conservador, un político activo de Valencia. Tenía un prestigio grande en el pueblo”, dijo esta mujer que será parte de la lista del Partido Liberal a la Cámara por Antioquia.