Nostradamus y Baba Vanga sorprendieron con la misma aterradora profecía para 2025
Dos de los videntes más famosos de la historia advirtieron lo mismo para 2025, un evento que podría cambiar el rumbo del mundo tal y como lo conocemos.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Dos de los nombres más enigmáticos de la historia de las predicciones vuelven a cruzarse en un mismo año.
Baba Vanga, la mística búlgara conocida por sus visiones sobre el futuro, y Michel de Nostre-Dame, más famoso como Nostradamus, habrían anticipado un escenario que, según los registros de sus seguidores, podría marcar el rumbo del 2025.
Vanga, nacida en 1911 en Bulgaria y ciega desde su infancia, ganó fama en el siglo XX por sus supuestas profecías, muchas de las cuales fueron documentadas por su sobrina Krasimira Stoyanova. Antes de su muerte en 1996, dejó un inquietante mensaje: una nación, tras años de crisis, desataría una situación capaz de sacudir gran parte del planeta.
Sus palabras, hoy, se interpretan en el contexto de las tensiones europeas y el prolongado conflicto iniciado por Rusia el 24 de febrero de 2022 bajo el mando de Vladimir Putin.
De acuerdo con sus visiones, Europa enfrentaría una guerra devastadora que reduciría drásticamente su población. Rusia, en este escenario, no solo resistiría el embate, sino que consolidaría un papel de liderazgo global.
Sus advertencias también incluían catástrofes naturales de gran magnitud, como terremotos en la costa oeste de Estados Unidos y la reactivación de volcanes que se creían inactivos.
Por su parte, Nostradamus, el astrólogo y médico francés del siglo XVI, dejó en su obra Les Propheties un panorama que parece resonar con el de la vidente búlgara. Para 2025, escribió sobre “crueles guerras” nacidas dentro de las fronteras europeas, con consecuencias que llegarían hasta Gran Bretaña, a la que describió en ruinas por un conflicto y una plaga.
Publicidad
Incluso advirtió sobre el regreso de una “gran peste del pasado”, un enemigo invisible y letal.
En sus escritos, Nostradamus también situó este año como un punto de inflexión geopolítico: la decadencia de potencias occidentales consolidadas y el ascenso de nuevos actores globales. Un conflicto prolongado, según él, llegaría a su fin dejando a los soldados exhaustos y al mundo en un frágil equilibrio.
Aunque sus seguidores insisten en que las coincidencias son alarmantes, expertos recuerdan que estas interpretaciones son materia de debate.