¿Por qué no se abren las ventanas de los aviones?

Si una ventana de un avión se abriera, solo significaría una cosa: falta de oxígeno y grandes posibilidades de morir.
 
¿Por qué? Porque después de los 3 mil metros sobre el nivel del mar, el aire es tan delgado que es imposible respirar, y teniendo en cuenta que un avión comercial vuela sobre los 11 mil metros de altura, “la presión del aire pierde una cuarta parte en comparación de su valor al nivel de mar y la temperatura exterior es de menos 51 grados Celsius”, según lo explica el portal ‘Muy interesante’.

Es por eso que las cabinas de los aviones siempre están presurizadas, pues es la única manera en la que los tripulantes pueden respirar a la altura y velocidad en la que van.

Cabe recordar que la presurización de las cabinas se logra con el bombeo de aire comprimido y calentado bajo una estructura hermética.

Sin embargo, el portal ‘Muy interesante’ también explica que es casi imposible abrir las ventanas por la seguridad que tienen. EN el caso de las puertas, es aún más difícil, pues solo abren hacia adentro del avión.

La dificultad de abrir con las puertas radica en que la presión interna con respecto al exterior es tan potente, que se necesitaría fuerza similar a la necesaria para levantar una tonelada en peso, para poder abrirla.

“Durante el vuelo funcionan como un tapón que mantiene el aire en el interior”, dice la página web.

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En el caso de los aviones militares, hay algunos que están diseñados para poder abrir sus puertas, como los de paracaidistas. En ellos, es posible por el diseño y porque vuelan a alturas mucho menores que los comerciales. Además, la cabina no está presurizada y los militares tienen un entrenamiento especial.