El amor a Dios sobre todas las cosas: reflexión de monseñor Rafael de Brigard
Monseñor Rafael de Brigard recordó que ser discípulo exige poner a Dios primero, cargar la cruz cada día y vivir un amor radical que da sentido a la vida cristiana.
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Monseñor Rafael de Brigard compartió en su reflexión dominical un mensaje centrado en el amor de Dios y la radicalidad del discipulado cristiano. Recordó que “todo es don de Dios, hasta lo que pareciera no tener relación con Él”, e invitó a reconocer en cada circunstancia de la vida una oportunidad de gracia y de gratitud. Inspirado en el Salmo 90, subrayó que el Señor es refugio eterno y que cada día es un regalo para adquirir un corazón sensato y confiado en su misericordia.
Al meditar en el Evangelio de Lucas 14, Monseñor destacó las exigencias de Jesús: “El que no carga con su propia cruz para seguirme, no puede ser discípulo mío”. Explicó que no se trata de despreciar a la familia o a los bienes, sino de ordenar la vida poniendo primero a Dios, porque “el Reino de los Cielos no admite medias tintas, exige el todo por el todo”.
Finalmente, invitó a vivir la fe como un proyecto de vida con los pies en la tierra y la mirada en el cielo. “Primero el amor a Dios sobre todas las cosas, después todo por amor a Dios”, insistió.