El primer milagro de Jesús: reflexión dominical del pastor Andrés Corson
El pastor Andrés Corson reflexiona sobre el primer milagro de Jesús en Caná, mostrando cómo la fe, la obediencia y el Espíritu Santo transforman la vida y llenan de gozo.
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En su reflexión dominical, el pastor Andrés Corson nos recuerda que los milagros de Jesús no eran simples demostraciones de poder, sino señales de su gloria y su autoridad como Mesías. Citando Juan 2:11, destaca que “esta señal milagrosa en Caná de Galilea marcó la primera vez que Jesús reveló su gloria y sus discípulos creyeron en él”.
Corson enfatiza que, aunque Jesús realizó numerosos milagros, la verdadera señal para la fe de todos es su muerte y resurrección, conocida como “la señal de Jonás” (Lucas 11:29-30), que confirma que Él fue enviado por Dios. El mensaje nos desafía a creer en Jesús no por los milagros visibles, sino por la confianza en su salvación.
El pastor también aborda el significado del primer milagro de Jesús al convertir el agua en vino, destacando cuatro lecciones espirituales. Primero, muestra que Dios puede transformar lo ordinario en extraordinario y a las personas más débiles en instrumentos útiles. Segundo, representa la alegría que Cristo trae a nuestras vidas, como señala el Salmo 30:11: “convertiste mi lamento en danza, me quitaste la ropa de luto y me vestiste de fiesta”. Tercero, evidencia que Jesús tiene poder sobre la naturaleza y sobre nuestras emociones, y cuarto, reafirma la importancia del matrimonio y la celebración familiar, pues este milagro ocurrió en una boda, recordándonos que Dios valora la unión y la alegría compartida.
Escuche la reflexión completa aquí: