El pastor César Castellanos compartió una profunda reflexión sobre el propósito de Dios con la familia, resaltando que uno de los mayores privilegios dados al ser humano es conformar un hogar bajo la bendición divina.
Basándose en Génesis 1:26-28, recordó que Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y los estableció en un huerto de bendición, con el mandato de fructificar y multiplicarse. Sin embargo, más allá de la institución del matrimonio, Castellanos subrayó que Cristo tiene el poder de restaurar cualquier relación, incluso aquellas marcadas por conflictos o disfuncionalidad: “El mismo Jesús que hizo la obra redentora en la cruz del Calvario, Él podrá traer restauración a nuestros matrimonios”.
Durante su mensaje, enfatizó la dignidad y el valor de la mujer, recordando que fue creada como “carne de su carne y hueso de su hueso”, llamada a ser ayuda idónea y no servidumbre. Señaló que el hombre debe aprender a tratar a su esposa con ternura y respeto, entendiendo que maltratarla es dañarse a sí mismo.
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