
En su reflexión dominical, el pastor Andrés Corson, líder de la iglesia El Lugar de Su Presencia, hizo un profundo llamado a los creyentes a examinar su vida espiritual y evaluar si están dando fruto real para el Reino de Dios.
Inspirado en la parábola de la higuera estéril de Lucas 13:6-9, Corson advirtió sobre el peligro de ser simplemente "higueras frondosas", es decir, cristianos que aparentan devoción, pero que no están transformando ni impactando vidas: “Un cristiano que no tiene fruto es como esta higuera frondosa… visible, pero inútil”, dijo con firmeza.
Corson fue enfático al decir que una iglesia sana se reconoce por la multiplicación de sus grupos de conexión, los cuales deben ser ríos de vida y no estanques estancados. “La vida de la iglesia está en los grupos de conexión”, enfatizó, llamando a líderes a dejar de ser estorbos y convertirse en facilitadores del crecimiento espiritual.
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