¿Cuándo la pornografía puede considerarse una adicción?
La pornografía puede ser una aliada de la salud sexual, de la diversidad e incluso de las preferencias sexuales de las personas y las parejas, pero tiene sus límites.
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¿Cuándo una persona puede considerarse adicta a la pornografía? ¿Existe un límite entre la curiosidad, lo que se puede experimentar y la adicción? A esas preguntas respondió en BLU Radio la psicóloga y sexóloga Martha Mejía.
De acuerdo con la experta, la pornografía es una aliada de la salud sexual, de la diversidad e incluso de las preferencias sexuales de las personas y las parejas.
Sin embargo, enfatizó que esta no es dañina siempre y cuando no se crucen unos límites y sea usada con responsabilidad.
“Que la persona no dependa todo el tiempo de ella para llevar una vida sexual plena. Que el placer sexual no dependa de ella”, especificó.
Añadió que el límite comienza a cruzarse si el consumo es constante y la persona comienza a perder la noción de la realidad.
“Se convierte en una patología cuando una el entorno sexual de una persona depende debe necesariamente incluir el consumo de la pornografía. Cuando definitivamente no concibe un encuentro sexual sin esta”, puntualizó.
En ese sentido, añadió que el uso exagerado de este tipo de material puede llevar a disfunciones, tales como la eyaculación precoz.
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“Las imágenes que un adicto ve condicionan a que las respuestas sean prontas, sin mucho esfuerzo, pues todo está servido para conseguir el placer. Impajaritablemente lo conduce a disfunciones sociales y a la distorsión de la realidad cuando tiene que confrontarse con una persona de carne y hueso”, añadió.
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