El Gobierno de Perú está poniendo en marcha una serie de medidas para optimizar la gestión y encontrar “soluciones integrales” a los desafíos que enfrenta el emblemático sitio arqueológico de Machu Picchu, reconocido como una de las nuevas siete maravillas del mundo, según informó este miércoles un comunicado oficial.
En esa línea, los ministerios de Cultura, Ambiente y Comercio Exterior y Turismo comenzaron a ejecutar acciones coordinadas con el propósito de “modernizar la gestión, reforzar la conservación y asegurar un acceso seguro y ordenado” al principal destino turístico y cultural del país, añadió el texto.
Como parte de estas decisiones, el pasado 17 de noviembre se inició la venta anticipada de boletos para la red del Camino Inka y el ingreso a Machu Picchu, atendiendo las recomendaciones de operadores turísticos y con la intención de favorecer una planificación más eficiente de las visitas.
Asimismo, los ministerios suscribieron un convenio de colaboración para impulsar un estudio de capacidad de carga en el sitio arqueológico que, de acuerdo con la nota oficial, “será una herramienta indispensable para la gestión sostenible del lugar”.
También comenzó un proceso de actualización integral de la normativa que regula las actividades turísticas y de conservación en Machu Picchu, con la participación de todas las entidades competentes.
Por su parte, el Ministerio de Cultura renovó la plataforma virtual de venta de boletos “con estándares reforzados de seguridad, transparencia y control”, al tiempo que puso en marcha una capacitación técnica para sus equipos, a fin de que puedan ofrecer “información clara” a los operadores turísticos.
El comunicado añadió que los ministros pedirán a la Secretaría Técnica de la Unidad de Gestión de Machu Picchu (UGM) convocar, en los próximos días, a una sesión para informar al gobierno regional del Cusco, donde se ubican las ruinas, y a las autoridades locales sobre los avances de estas medidas.
Los tres ministerios coincidieron en que los retos que enfrenta Machu Picchu “requieren una intervención articulada y sostenida” y ratificaron “su compromiso de proteger y gestionar de manera responsable y coordinada el patrimonio cultural más emblemático del país”.
El pasado 17 de noviembre, varias instituciones del Gobierno peruano firmaron un convenio para promover un nuevo estudio de capacidad de carga y de límite de cambio aceptable en Machu Picchu, que en temporada alta llega a recibir hasta 5.600 turistas al día.
Desde 2015, el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco ha recomendado al Estado peruano ejercer un mayor control sobre el flujo de visitantes, debido a que, tras la pandemia de la covid-19, se fijó inicialmente un máximo de 2.244 personas por día, pero luego el aforo fue ampliándose hasta alcanzar los 5.600 visitantes diarios en temporada alta.
Machu Picchu fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1983 y, desde 2007, está considerada una de las nuevas siete maravillas del mundo.