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A 30 años de la muerte de Pablo Escobar, familia del magistrado Álvaro Medina pide verdad y justicia

A 30 años de la muerte de Pablo Escobar muchas víctimas siguen reclamando verdad y justicia en medio de una guerra sin cuartel que cobró miles de vidas, muchas de ellas de la Rama Judicial. Esta es la historia del magistrado Álvaro Medina, encargado de ordenar una de las primeras capturas contra el capo.

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BLU Radio. Magistrado Álvaro Medina / Foto: Cortesía

Las balas y el poder intimidatorio de la época más cruenta delnarcotráfico en el país permearon múltiples realidades y escenarios de la vida nacional, situaciones para las que no fue ajena la justicia.

La noche del 8 de abril de 1985, a la entrada de su casa en el barrio La Floresta, al occidente de Medellín, fue acribillado el magistrado Álvaro Medina bajo la mirada impotente de su esposa y su hijo Ricardo, quien para entonces tenía siete años.

"Yo estaba en la casa y vi desde la ventana, él llegó con mi mamá en un vehículo, descendieron y no no dijeron nada, simplemente empezaron a disparar y ahí fue donde lo acribillaron y terminaron su con su vida", recuerda Medina.

El único pecado del magistrado fue haber actuado conforme a la ley en un caso que implicaba a Pablo Escobar y algunos de sus lugartenientes, ordenando una de sus primeras capturas.

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"Estaba en el Tribunal Superior de Medellín, en la Sala Penal le asignaron un caso de Pablo Escobar y sus lugartenientes, él confirmó una detención contra estas personas y a partir de ese momento recibimos amenazas durante un año y al siguiente año fue asesinado", dice el hijo del magistrado..

Junto a Álvaro Medina en un poco menos de una década fueron cientos los miembros de la Rama Judicial víctimas de la persecución y las balas asesinas del Cartel Medellín, una situación que trastornó los valores y puso en jaque a una institucionalidad resiliente, que a pesar de los defectos ha seguido allí.

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Viviendo a su vez han continuado los miles de familiares de las víctimas de esta tragedia quienes a pesar de un sentimiento de perdón con el pasado y de reconciliación siguen buscando justicia y reparación por el grave daño y dolor causado a sus vidas y las de sus seres queridos.

"Intimidó la justicia, intimidó el Estado, intimido al país, intimidó la sociedad, cambió los valores e inclusive ahora tantos años después, las víctimas seguimos reclamando justicia y a nadie le importa", puntualiza Ricardo Medina.

La guerra del Cartel contra la justicia fue un capítulo amargo que dejó profundas cicatrices, imborrables, pero a la vez una sociedad resiliente y amante de su territorio en el que han decidido seguir construyendo todos los días mejores páginas para su historia.

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