"Protegernos", editorial de Ana Cristina Restrepo
En el Editorial de este jueves en Vive Medellín, Ana Cristina Restrepo habló sobre el asesinato de varios habitantes de calle en la ciudad.
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Este es el Editorial de Ana Cristina:
"En el último mes, en Medellín, cuatro habitantes de calle han sido asesinados y uno más quedó con muerte cerebral, como resultado de ataques y riñas.
El martes pasado, el barrio Manila, en El Poblado, fue el escenario de la última muerte: se trata de un habitante de calle entre 60 y 65 años de edad, cuya identidad no ha sido confirmada.
La víctima fue herida con arma blanca en una riña. El agresor, de 24 años, fue capturado por las autoridades y un juez de control de garantías le impuso medida de aseguramiento intramural.
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Autoridades descartan “limpieza social”. Luis Bernardo Vélez, secretario de Bienestar Social de Medellín, dijo al El Colombiano: “Como administración municipal no tenemos argumentos o indicios para decir que se trata de muertes premeditadas. Esas muertes son parte de la dinámica de ellos, donde hay actos violentos propiciados por su salud mental, por adicciones, casas de vicio”.
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En algunos casos, los agresores de estos habitantes de calle han sido detenidos por la Policía, pero el juez los ha dejado en libertad por fallas en el procedimiento de captura.
Con la intervención del Bronx en Bogotá y estas muertes en Medellín, vuelven a ocupar nuestro pensamiento los habitantes de calle.
Un ejercicio simple de ciudadanía llevaría a entender que si exigimos seguridad para nuestros hijos, para nuestros vecinos y para nosotros mismos, con más razón deberíamos exigir a las autoridades seguridad para aquellos más desprotegidos, para las personas que no tienen hogar.
¿Qué no tienen hogar porque así lo decidieron? No lo sabemos. Y si fuera cierto que viven en la calle por decisión propia es preciso observar, entender y acoplar sus formas de vida a la ciudad. Es decir: cómo la ciudad puede respetar la libertad de los habitantes de calle y cómo a su vez los habitantes de calle pueden vivir la ciudad sin interferir el espacio público ni perder su libertad.
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Los habitantes de calle también son ciudadanos con derechos y deberes.
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La casa unifamiliar o multifamiliar, el edificio, el inquilinato son distintas formas de la vivienda. Lo que nos cuesta entender es que no podemos prejuzgar a partir de formas “correctas” o “incorrectas” de habitar. Solo existen formas dignas de habitar los espacios. Y la dignidad de cada forma de vivienda se la da su morador. No tenemos por qué creer que la idea o imagen de “hogar” es la misma para todos los seres humanos.
Los habitantes de calle tienen derecho a la libre circulación como usted o como yo.
Tenemos que encontrar las formas no solo de protegerlos a través de la autoridad sino atendiendo a sus necesidades básicas (como alimento y salud) y a la forma de vida, que nos guste o no, es la que algunos de ellos decidieron vivir.
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El ciudadano no solo es el portador de una cédula: ser ciudadano significa protegernos los unos a los otros… por más distintos que seamos".