En el barrio Bolonia, en la localidad de Usme, en Bogotá, confluyen en un mismo lugar víctimas del conflicto, personas reinsertadas, población afro; este lugar es el colegio Ciudad Chengdú.
Desde hace más de tres años se entrecruzan violencias intrafamiliares y sexuales, desigualdad, hambre y otros problemas que son el día a día de los estudiantes de esa institución educativa.
Mery Merchán, la rectora del colegio Ciudad Chengdú, decidió pararse frente a estos problemas y volcar su institución a los estudiantes llevándola hasta los hogares de los estudiantes golpeados por las violencias y las demás problemáticas.
“Nuestro trabajo no es que nuestros padres vengan al colegio, sino que nosotros vamos al territorio”, dice con orgullo Merchán.
Esta institución, desde hace tres años, optó por usar el arte, la cultura, los conocimientos de las familias para propiciar el cariño y el sentido de propiedad con el colegio. Además, luchar contra la deserción escolar y los problemas de salud mental que aquejan a los estudiantes después del devastador paso de la pandemia, que dejó a esta y a cientos de instituciones en el país por más de cinco meses.
“Empezamos a trabajar en cómo podemos hacer una armonía entre su experiencia y la que llega al colegio y hacer una transición efectiva a partir del respeto por la diversidad. Trabajamos con nuestras mujeres talleres de cultura, de trenzas, talleres para reconocer cuáles son los valores presentes en su comunidad y su concepción de educación”, dijo a Blu Radio la rectora del colegio Ciudad Chengdú.
Sin embargo, el colegio Ciudad Chengdú de Usme no es el único, sino que son muchos más los colegios que buscan luchar contra las problemáticas específicas que enfrentan.
Un caso similar es el que se vive en el colegio Las Margaritas en la localidad de Kennedy, en Bogotá que, al verse inmersos en violencias, tendencias suicidas de sus estudiantes y problemas diversos en salud mental, los llevó a tomar acción y plantear soluciones y planes de choque para prevenir estas problemáticas.
La rectora Luz Mirella Herrera, asegura que, en su institución, que les fue entregada en el 2019, “piensan cómo involucrar a las familias en nuestro contexto”. Por ello, han diseñado estrategias para poder fortalecer el componente socioemocional y engancharlos; enamorarlos así del colegio.
Aunque las brechas educativas no son nuevas en un sistema que, ciertamente ha tenido grandes a lo largo de su historia, el impacto de la pandemia las profundizó.
Sin embargo, para Carolina Piñeros Ospina, directora de Red PaPaz, hoy hay una oportunidad de poder enfrentar los flagelos que inquietan a la educación y es el trabajo mancomunado entre la familia y el colegio.
“Las familias que trabajan comprometidas por la educación de sus hijos tienen 10 veces más posibilidades de superar las brechas.”
Finalmente, todos estos problemas, pero también las soluciones quedaron planteadas en el encuentro Nacional Alianza Familia – Colegio que fue desarrollado por Red PaPaz en alianza con el Centro para la Educación Universal del Instituto Brookings. Este último reveló los resultados de un estudio para la transformación del sistema educativo por medio de la alianza familia – colegio y su experiencia en el modelo global de participación familiar de colaboración.
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