Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reciba notificaciones de Blu Radio para tener las principales noticias de Colombia y el mundo.
No activar
Activar

Publicidad

Ingeniero confesó cómo asesinó y escondió el cadáver de Liliana Segovia para robarla en Barranquilla

El crimen se produjo en el norte de Barranquilla y el cuerpo de la víctima fue abandonado en una trocha del municipio de Tubará, Atlántico.

Confeso asesino de Liliana Segovia.jpg
Jairo Medina, confeso asesino de Liliana Segovia, durante la audiencia de imputación de cargos.
Cortesía.

Durante la imputación de cargos por el homicidio de Liliana Segovia Navarro se conoció el testimonio que entregó el ingeniero de minas Jairo Medina Vega, capturado por el crimen y quien confesó haber citado bajo engaños a la víctima para robarle la camioneta de lujo que recién había comprado y 10.015 dólares que ella tenía en criptomonedas.

Según el relato del confeso asesino, leído por el fiscal del caso durante la audiencia, el crimen se produjo la mañana del 28 de febrero en una cancha del norte de Barranquilla, donde la mujer de 36 años se bajó de su camioneta y se subió al carro en el que se movilizaba Medina para escuchar un negocio que él supuestamente le iba a proponer.

Liliana le prestó su celular a Medina y él aprovechó para transferirse los dólares, pero la víctima se dio cuenta del robo y en un intento por frenar la transacción fue asfixiada por este hombre.

Una vez descubrió que estaba muerta, el ingeniero escondió el cuerpo en el baúl de su auto y llamó a un primo para que recogiera este carro y se lo guardara en un parqueadero, junto a un tanque grande que también le pidió comprar.

Publicidad

Él, mientras tanto, se quedó con la camioneta de la víctima, tanqueó con 70.000 pesos que extrajo de una tarjeta débito de la mujer, viajó a Valledupar y allí, en horas de la tarde, vendió este vehículo de alta gama por 12 millones de pesos tras un negocio que había pactado cinco días antes con documentos falsos de Liliana.

Por la noche, Jairo regresó a Barranquilla, recogió el carro donde había dejado el cadáver y se lo llevó a un motel para mantenerlo escondido.

Publicidad

"Después de entrar a la residencia, cogió el cuerpo, lo metió en el tanque y lo selló con cinta, no sin antes haberle puesto una bolsa en la cabeza a la víctima y enrollarla con cinta también para evitar que los fluidos cayeran en el vehículo y no quedara evidencia atrás", narró el fiscal 11 de la Unidad de Alertas Tempranas y Homicidios, basado en el testimonio del asesino confeso.

"Después salió del motel y se fue a su apartamento tarde en la noche. Subió al segundo piso con el tanque, según él, y lo dejó en la sala. Al día siguiente, cuando su esposa se fue a trabajar, él salió en la tardecita con el tanque. Le pidió al papá que le prestara el taxi que él maneja, montó el tanque con la muerta allí y la botó en Tubará, donde fue encontrada", gregó.

Después de revelado el testimonio, Jairo Medina, de 30 años, pidió perdón por sus actos y, entre lágrimas, aceptó su responsabilidad en el macabro asesinato. Ahora solo le resta esperar la sentencia que le dicte un juez de conocimiento.

Escuche las noticias del día aquí:

Publicidad

  • Publicidad