¿Qué pasó con la Salud y la Educación en Córdoba?
Editorial de Óscar Montes en Vive Barranquilla.
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¿En qué momento Córdoba terminó convertido en un nido de corrupción en el que ya nada de lo que sucede en ese departamento causa asombro? Todo es posible: desde inventarse enfermos de hemofilia, que le costaron al departamento 44 mil millones de pesos, hasta crear maestros y alumnos fantasmas, que también significaron pagos por varios miles de millones.
Cada día que pasa los organismos de control, como la Contraloría, Procuraduría y la Fiscalía, hacen anuncios que apuntan a destruir los focos de corrupción de Córdoba y que por ahora se concentran en las secretarías de Salud y Educación de la anterior administración. Los hallazgos de los organismos de control –que parecen ser apenas la punta del Iceberg- superan los 50 mil millones de pesos.
Lo triste de todo ello es que esos multimillonarios recursos que debieron beneficiar a enfermos y alumnos verdaderos de Córdoba, todos ellos de escasos recursos, habrían terminado en los bolsillos de los corruptos, quienes se ingeniaron la forma de saquear las secretarías de Salud y Educación con pacientes y estudiantes de papel.
Es decir, se trata de un fraude monumental en el que habrían participado funcionarios de la administración de Alejandro Lyons, anterior gobernador del Departamento, como lo han señalado funcionarios tanto de la Fiscalía, como de la Contraloría y la Procuraduría.
A estos organismos de control habría que preguntarles también, ¿qué hacían mientras al departamento de Córdoba lo estaban saqueando? ¿Por qué no activaron las alarmas de forma oportuna y por qué no fueron eficientes en el cumplimiento de sus deberes? ¿Por qué esperaron que las arcas fueran saqueadas para actuar de manera diligente?
La corrupción no da tregua y la obligación de estos organismos de control es combatirla sin pausa. Esa batalla contra los corruptos debe ser implacable. Los ciudadanos esperan unos organismos de control comprometidos en la lucha contra los delincuentes de cuello blanco y no en plena connivencia con ellos. Sólo así podrán obtenerse resultados contundentes en la lucha contra la corrupción.