Un año en prisión domiciliaria cumple este mes el empresario de las confecciones Samuel Viñas Abomohor, quien asesinó a su esposa Clarena Acosta en la madrugada del 1 de enero de 2010 durante la celebración de Año Nuevo en su casa del norte de Barranquilla, y fue condenado a 42 años de cárcel por este crimen que fue noticia nacional.
Viñas Abomohor pagó diez años de su condena en la Penitenciaría El Bosque y, luego de varios intentos, obtuvo el beneficio de casa por cárcel con el argumento de quebrantos de salud. Padecería del colon y sufriría un trastorno neurótico.
El beneficio de prisión domiciliaria le fue otorgado por el juez suplente del juzgado cuarto de ejecución de penas de Barranquilla, Luis Coronel Molina, y después fue respaldado por el titular Fernando Daza.
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En febrero de 2020, cuando se supo que Viñas ya se encontraba en su lujoso apartamento del norte de Barranquilla, grupos feministas, la Procuraduría y la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez pidieron revisar la decisión.
Según el abogado de la familia de Clarena Acosta, su tío Edgardo Niebles, los supuestos problemas de salud de Viñas no necesitan un cuidado especial y pueden ser tratados en la cárcel, lo cual fue elevado ante la Corte Suprema de Justicia.
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"Se metió la pandemia y los jueces parece que hubieran olvidado el caso", se quejó el abogado, quien pide a la Corte Suprema que se pronuncie sobre esta decisión ya que el caso de Viñas de encuentra en un limbo jurídico desde hace un año.
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