"Vivimos con pánico cada vez que llueve": habitantes de Soledad por inundaciones
La creciente súbita del arroyo ‘El Platanal’ ha generado graves afectaciones en, por lo menos, 50 viviendas que presentan colapso de paredes y pérdida total de enseres.
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Enseres secándose en las terrazas, paredes colapsadas, casas llenas de barro y pánico latente: este es el devastador panorama que se registra en el barrio La Floresta de Soledad, Atlántico, donde las graves inundaciones por el desbordamiento del temible arroyo 'El Platanal' se han convertido en el pan de cada día.
Al menos así lo manifiestan sus habitantes, quienes aseguran que ya no pueden conciliar ni siquiera el sueño por miedo a que las aguas del caudal puedan provocar una tragedia, hasta el punto de que se vengan abajo sus casas.
"Estamos durmiendo con miedo porque apenas comienza la lluvia, pues a uno le toca salir corriendo a levantar los muebles, lo que sea que podamos salvar. Hemos perdido colchonetas, camas, escritorios, muebles, mejor dicho... es un panorama desolador", dijo Dagoberto Martínez, uno de los habitantes afectados.
Incluso, hay algunas familias damnificadas que aseguran que, cada vez que se desborda el arroyo 'El Platanal', no tienen otra opción que subirse hasta los techos para evitar que las aguas los terminen arrastrando.
Telma García, otra habitante afectada en La Floresta, señaló que "cada vez que se mete el arroyo, nos toca subirnos hasta el techo porque a veces el agua sobrepasa el nivel de las rodillas; esta situación ha sido cruel".
Los habitantes señalan que desde el pasado miércoles no ha dejado de llover en el municipio, lo que ha llevado a elevar un llamado de súplica a las autoridades para que los escuchen, pues sus vidas también podrían estar en peligro.
"Tenemos todas las casas destruidas, muchas paredes que están a punto de venirse abajo, mejor dicho. Hemos perdido tantas cosas que lo único que nos importa es tener a salvo nuestras vidas y las de nuestros hijos. Por eso le pedimos a las autoridades que nos escuchen", dijo Liliana Castrillón, otra habitante del barrio La Floresta.
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