Falta de buses, desaseo e inseguridad: los problemas del MIO en Cali

A las 5:00 de la mañana inicia el día para Andrés Cayetano desde el oriente de la capital del Valle.

Es un joven de 24 años de edad que trabaja en el área administrativa de la Arquidiócesis de Cali.

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Andrés llego desde México hace cuatro años y le ha tocado vivir en carne propia la inseguridad de las calles de la ciudad, la poca frecuencia de los buses del MIO y batallar contra el reloj para poder llegar a tiempo a sus responsabilidades.

Su trabajo está ubicado en el centro de la ciudad y solo para llegar debe abordar tres buses, lo que le representa despertarse a las 4:00 de la mañana para bañarse y salir sin desayunar sobre las 5:00 de la mañana para abordar un bus del sistema de transporte masivo MIO que, a esa hora, ya viene con gran cantidad de pasajeros.

Luego de esto empiezan los transbordos para lograr su objetivo y cumplir con un día más de trabajo.

Dice este joven que no solo debe enfrentarse a diario a la demora de las rutas, sino que además estos buses vienen totalmente llenos y en condiciones de inadecuadas de aseo, lo que hace que el servicio se convierta en un verdadero viacrucis.

Sobre el tiempo que gasta en sus desplazamientos en transporte legal, que resulta ser cercano a las tres horas, este mexicano que busca nacionalizarse en Colombia, señala que ese mismo recorrido realizado por un vehículo de transporte informal se puede cumplir en 30 minutos.

Sin embargo, se expone la vida, pues estos vehículos no dan garantía al pasajero si llega a ser víctima de un accidente de tránsito, situación que es recurrente por el alto flujo vehicular que presenta la capital del Valle en las horas pico.

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