Entregan puestos de salud tras implementación de los acuerdos de paz en el pacífico nariñense

Tuvo que pasar 20 años para que los habitantes de la zona rural del municipio de Francisco Pizarro, Salahonda, en el pacífico nariñense, por fin vieran hecho realidad el sueño de tener centros de salud que permitirá la atención primaria a más de 8.000 personas, gracias a la implementación de los acuerdos de paz a través de los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial, Pdet.Gerardo Valencia, alcalde municipal, dijo que los cuatro centros de salud fueron construidos en puntos estratégicos como son las veredas el Caimito, San Pedro del Vino, la Vuelta del Gallo y Bocas de Ramos, poblaciones que tienen las cifras más altas de habitantes y que por ser zonas al borde del rio Patia, permitirán que otras doce veredas sean beneficiadas.El mandatario local insistió que estas obras fueron priorizadas por la misma comunidad en el marco de los acuerdos de paz y contarán con auxiliares de enfermería para atender de manera prioritaria a sus habitantes. Además, están dotados de medicamentos y otros elementos que permitirán que las personas enfermas puedan recibir atención antes de desplazarse a Tumaco, lo cual significa pagar elevados costos en transporte y alojamiento fuera de sus veredas.En esta localidad del pacífico nariñense se construyen tres parques biosaludables, siete polideportivos en un mismo número de veredas, luego de la cofinanciación de la administración municipal, el apoyo de la Usaid y la Consejería para la Estabilización y Consolidación, entidad que es la responsable de que se ejecuten las obras contempladas en los Pdet.Esta población de Francisco Pizarro también ha sufrido, al igual que los otros municipios de Nariño, de la violencia por la presencia de grupos armados ilegales debido a que Salahonda es la puerta de entrada al pacífico y se convierte en un paso fluvial obligado también para la región del Telembi en el pie de monte costero.Sus habitantes viven del cultivo de plátano, yuca, coco y se dedican a la explotación de madera como el cedro, el mangle y guangare.Valencia aseguró que sí existen cultivos ilícitos y le preocupa que se extiendan, razón por la cual pidió del Gobierno Nacional una atención urgente a las familias que generan su sustento del cultivo de hoja de coca, al tiempo que rechazó las fumigaciones con glifosato y la erradicación forzosa, pues considera que esto solo va a provocar que los campesinos organicen una resiembra en otras zonas del municipio.En esta población del pacifico, desde comenzó la pandemia, solo se han registrado 52 casos positivos de COVID-19, ninguno de ellos hospitalizados y, la entrega de estos puestos de salud, son un aliciente para los campesinos que dicen que es la primera inversión del Estado producto de los acuerdos de paz firmados con las extintas Farc.Hace tres años los más de 14.000 habitantes del casco urbano se declararon en desobediencia civil e impidieron que se realizaran las elecciones presidenciales y todo parece indicar que esta situación se podría repetir a un año de las votaciones, debido a que no ha cumplido con los acuerdos pactados, entre ellos la construcción del acueducto municipal, según señaló un líder social de la zona.