Revelan que un solo rayón en la sartén libera millones de partículas de micro y nanoplásticos
Detrás de esas marcas en las sartén hay un proceso que nadie conoce, la liberación de diminutas partículas, muchas de ellas imposibles de ver a simple vista, que pueden afectar la salud.
Al momento de cocinar hay elementos que son imprescindibles como ollas, sartenes, espátulas, entre otros, que con el paso del tiempo se van gastando, lo cual es normal, pero no siempre ver rayones en estos objetos es bueno.
Al principio nadie lo nota. Una sartén recién comprada se desliza suave, brillante, intacta. Con el tiempo, cada movimiento de la espátula deja un rastro apenas perceptible. Primero son líneas muy finas, luego pequeños puntos opacos que hacen pensar que el antiadherente se está gastando.
En la mayoría de cocinas, ese desgaste pasa desapercibido y se asume como algo normal. Pero detrás de esas marcas hay un proceso que nadie conoce, la liberación de diminutas partículas del recubrimiento, muchas de ellas imposibles de ver a simple vista.
Estudio revela que rayón en la sartén libera millones de partículas de micro y nanoplásticos
Un estudio científico publicado en la revista Ciencia del Medio Ambiente Total reveló lo que por años fue solo una sospecha, las ollas y sartenes antiadherentes pueden liberar miles e incluso millones de microplásticos y nanoplásticos de teflón durante un proceso normal de cocción, especialmente cuando su superficie está rayada.
El recubrimiento antiadherente más común es el politetrafluoroetileno (PTFE), más conocido como teflón, un polímero que pertenece a la familia de las PFAS, unas sustancias químicas sintéticas que han generado preocupación a nivel mundial por su persistencia en el ambiente y posibles riesgos para la salud.
Persona sosteniendo una sartén.
Foto: Freepik.
Cuando una espátula metálica, unas pinzas o una esponjilla rozan la superficie del sartén, "se producen micropartículas de teflón (<5 mm) y, en casos más extremos, nanopartículas (<1 μm) que pueden terminar en los alimentos".
Los investigadores explican que el problema es que estas partículas son tan pequeñas que se vuelven difíciles de detectar y medir.
Tecnología reveló las partículas
El estudio usó una combinación de imágenes Raman, es decir, algoritmos de reconocimiento de señales y microscopía electrónica (SEM). Gracias a esto, los investigadores lograron detectar hasta los fragmentos más diminutos desprendidos de sartenes nuevas y usadas.
Para lograrlo, desarrollaron algoritmos avanzados que permiten extraer señales muy débiles del teflón. Este sistema analizó no solo las características del material, "sino todo el espectro, ofreciendo un mapa detallado de cada partícula".
Como resultado, determinaron que una sola zona rayada de un sartén puede liberar desde miles hasta miles de millones de microplásticos y nanoplásticos durante un escenario de cocción simulado.
Sartén rayada.
Foto: Freepik.
Aunque el estudio no evalúa los efectos en la salud humana, los autores advierten que la presencia de nanoplásticos, “mucho más pequeños y capaces de viajar por el cuerpo con mayor facilidad”, exige más investigación. La mayoría de estas partículas, dicen, se desprenden como “embriones” unidos a la capa original o adheridos a las espátulas.
¿Qué recomiendan la investigación?
Los investigadores recomiendan precaución, evitar utensilios metálicos, reemplazar las sartenes cuando se rayen y “profundizar los estudios sobre posibles riesgos para la salud”.
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Por ello, hay que tener en cuenta que cada línea en la sartén podría ser una puerta a partículas invisibles que, sin darnos cuenta, podrían terminar en los platos de comida.